Provincia de Lleida
Santa Maria de Taüll
(La Vall de Boí, Alta Ribagorça)
La iglesia actual fue consagrada en el año 1123. Durante las tareas de
restauración y de consolidación que se han llevado a cabo en los últimos
años, se descubrieron los cimientos de una construcción anterior, datada
entre los siglos X y XI. Compartió la condición de parroquia de Taüll con
la iglesia de Sant Miquel.
El templo tiene planta basilical de tres naves acabadas en ábsides
semicirculares. El del lado sur se reconstruyó durante las obras realizadas
a principios de los años setenta. También se eliminaron todos los elementos añadidos
en el siglo XVIII y se rebajaron los niveles del pavimento, tanto interior como
exterior, lo que ha derivado en un problema de estabilidad del templo.
Las naves están cubiertas con un envigado de madera de doble vertiente que se
apoya en arcos formeros de medio punto. Estos están sustentados por grandes
pilares cilíndricos.
Las dos absidiolas laterales tienen una única ventana abocinada en el
centro del tambor, mientras que en el ábside central encontramos tres. Las dos más
exteriores se taparon por el interior del templo cuando se recubrió el ábside
con pinturas murales. Exteriormente los tres ábsides están decorados con
lesenas, un friso de dientes de sierra y un friso de arcos ciegos. En el
caso del ábside central, podemos ver también unos círculos concéntricos
esculpidos en el interior de los arcos ciegos.
En el ábside principal podemos encontrar una reproducción del conjunto pictórico
que lo decoraba.
Las pinturas murales originales se encuentran en el Museu Nacional de
Art de Catalunya.
En la bóveda del ábside principal encontramos representada a la Virgen Maria
con el niño en su regazo, haciéndole de trono y a su alrededor los Tres Reyes,
adorándolo.
En la línea inferior, a la altura de la ventana encontramos un grupo de
apóstoles.
Completan la decoración del ábside un friso con figuras de animales y
cortinages.
En la parte central del arco triunfal se representó un Agnus Dei.
Por suerte también se conservó gran parte de las pinturas que decoraban
los muros sur y oeste del templo, si bien no son del mismo autor y
presentan una calidad inferior a las del ábside principal. En el muro
meridional se representan algunas escenas del Antiguo y del Nuevo
Testamento, sin un orden aparente.
Como en otros muchos templos, el muro oeste estaba decorado con escenas del
Juicio Final, como el pesaje de almas o unos pecadores quemándose en el
Fuego Eterno. En el registro superior estaba Cristo
haciendo de juez, imagen que ha desaparecido, flanqueado a ambos lados por
tres figuras, algunas de ellas aladas.
En las columnas y en los arcos también se conservaron algunos restos de
pinturas, donde se representaban santos.
El altar también estaba decorado con pinturas, que representaban motivos
geométricos, sobre las que se colocó un frontal de madera policromada. En
el centro encontramos la mandorla, rodeada por el tetramorfos. Protegidos por
unos pequeños arquillos encontramos a los doce apóstoles, agrupados de tres
en tres. Las figuras no se encuentran en su disposición original,
fueron colocadas aleatoriamente al desconocerse cual era su
distribución.
En este museo también podemos encontrar cuatro figuras, que formaban parte
de un grupo escultórico que representaba el Descendimiento de la Cruz, similar al
de Santa Eulàlia de Erill la
Vall o el de la Nativitat
de
Durro.
Completan la colección del museo un Cristo en la cruz de finales del siglo
XII y una imagen de San Juan.
En el Museo Marés también podemos contemplar algunas obras que en el
pasado formaron parte del patrimonio del templo, como son otra imagen de
Cristo en la cruz, una Virgen amamantando al Niño y otra Virgen con
el Niño en el regazo. En el templo sólo se conservan pequeños fragmentos
de pintura en el muro sur.
En la vecina iglesia de Sant Climent
se conserva un pequeño fragmento de pintura, que pertenecía a esta iglesia
de Santa Maria. Representa la escena del bautismo de Jesús.
La nave sur queda cortada por la torre de campanario, la base de la cual la
encontramos en el interior del templo. Este hecho, junto con las dos puertas
de acceso que encontramos, evidencian que el campanario fue un elemento
aprovechado del anterior templo. Se construyó durante la segunda mitad del
siglo XI. Tiene cuatro pisos que se levantan por sobre el tejado del templo.
En los tres superiores se abren ventanas geminadas en cada uno de los
muros, enmarcadas entre lesenas. Los pisos están separados por un friso de
dientes de sierra y uno de arcos ciegos. Parece ser que los muros estaban
rebozados y decorados con pinturas murales, como sucedía también en el
campanario de Sant Climent y en el de la iglesia de
Santa
Coloma de Andorra.
La puerta de acceso al templo la encontramos en el muro oeste. Se trata de una
sencilla puerta de medio punto que por encima tiene una ventana abocinada. En el muro sur, junto a la torre de campanario, también se
abre una
sencilla puerta de medio punto.
En el interior del templo se conservan unas pilas bautismales
y el antiguo retablo barroco, que durante unos siglos ocultó las pinturas
murales del ábside central.
En la Vall de Boí podemos encontrar otros edificios románicos interesantes
como Santa
Eulàlia d'Erill la Vall, Sant
Climent de Taüll, Sant Joan
de Boí, Sant
Feliu de Barruera, la
Nativitat de Durro, Sant Quirc de Durro, Santa Maria de Cardet y Santa
Maria de Cóll.
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