Castilla y León - Provincia de Soria


Iglesia de San Nicolás
(Sòria)

41º 45,877'N ; 2º 27,634'O




Nos encontramos con uno de los templos más importantes de la Soria medieval. Desgraciadamente en 1858 se derruyeron sus bóvedas que amenazaban ruina. No se optó por reconstruirlas y esto impidió una mejor conservación del resto de elementos del templo. Esto provocó que en 1933 se derribaran algunos de los muros por que peligraba su estabilidad.

Interior del templo


Previamente, en 1908 se desmontó la portalada para instalarla en la vecina iglesia de San Juan de Rabanera, templo con el que mantiene muchas similitudes. Últimamente se ha empezado a tomar conciencia de la importancia de estas ruinas, eliminando edificios adosados, consolidando los muros y arreglando su entorno.

Restos del templo

CapitelCapitel


El templo tenía una única nave con crucero, amplio presbiterio y ábside semicircular, similar al de San Juan de Rabanera.


Está dividido exteriormente por una línea de imposta. Seis dobles columnas adosadas, que se convierten en pilastras en el nivel inferior, separan los cinco espacios en que está dividido horizontalmente. En los tres centrales se abren tres grandes ventanas decoradas con puntas de diamante y dos filas de dientes de sierra.

Abside       Ventana del ábside


En los dos espacios laterales encontramos ventanas ciegas con arcos apuntados en el interior del arco de medio punto. Este está decorado como los centrales con puntas de diamante y dientes de sierra. Los ángulos de la zona abocinada están decoradas con palmetas y hojas de acanto.


La parte interior también está dividida por columnas adosadas, que tienen los capiteles esculpidos con temas vegetales. De los capiteles salían  los nervios que reforzaban la cubierta.


En la nave todavía se conservan las columnas adosadas dónde descansaban los arcos fajones, que sustentaban la bóveda de cañón ligeramente apuntada. 

Interior del templo


La torre de campanario, de la que se conservan dos pisos, estaba adosada al muro sur y cumplía también tareas defensivas.


Durante las obras de 1933 se descubrió una cripta que sigue la planta de la cabecera del templo. En ella se encontró un frontal de altar y numerosos restos humanos. El frontal representa la entrada de Cristo en Jerusalén y actualmente se conserva en la iglesia de San Pedro.