Castilla y León - Provincia de Soria
San Pedro de Soria
(Sòria)
41º 45,968'N ; 2º 27,529'O
El primer templo que se edificó en esta zona data de la época de Alfons I el
Batallador, cuando se repobló la población de Soria a principios del siglo
XII. De este templo no nos ha llegado ningún resto, pero sabemos, por
documentos de la época, que era pequeño, sencillo, rústico y de pobre fábrica.
En 1152 el obispo Juan de Osma dio el templo a los canónigos de San Agustín,
que crearon una canónica. Una vez instalados decidieron mejorar el templo,
construyendo uno de nuevo, gracias a los donativos de los monarcas castellanos.
El nuevo templo era de grandes dimensiones, el más grande de todo Soria, con
tres naves, crucero, cimborrio y cabecera formada por tres ábsides
semicirculares. El claustro
se adosó en el muro norte.
Gracias a disponer de este templo de gran esplendor, Alfonso VIII, muy
agradecido con la villa, pidió al Papa Clemente IV la categoría de ciudad y
la conversión de la colegiata en catedral. Esta petición fue aceptada
mediante una bula, pero el capítulo catedralicio de Osma protestó airosamente,
lo que provocó la anulación de esta decisión. A partir de este momento y hasta el año
1959 las numerosas peticiones para convertirse en sede catedralícia fueron denegadas.
Finalmente el Papa Juan XXIII le concedió el título de Cocatedral, que
comparte con la de Burgo de Osma.
En 1520 se hundió completamente el templo. Según está escrito en un
documento las causas de este accidente fueron "a instancia de una
autoridad y un canónigo para hacer un altar a la Virgen del Manantial en un
lateral junto a un pilar, si bien el picapedrero dijo que no se atrevía
a hacerlo, se sacó y la iglesia se cayó".
Temporalmente la comunidad se trasladó a Santa
Maria la Mayor y se inició la reconstrucción del templo a imagen de la
colegiata de Berlanga de Duero. Tiene planta de salón con cinco naves, las
dos laterales convertidas en capillas. La cabecera de la nave principal la
forma un ábside poligonal, mientras que las laterales tienen cabecera plana.
La anchura total del templo es igual a la que tenía el transepto de la
iglesia románica. Esto provocó que para levantar el muro norte fuera
necesario derruir el ala sur del claustro y los primeros arcos de las galerías
este y oeste.
Las naves están dividías en cinco tramos y cubiertas con bóvedas de
creueria.
La puerta de acceso, de estilo plateresco, se encuentra en el muro sur, en lo que era el brazo meridional del
transepto románico. De esta época se
conservan tres ventanas de medio punto decoradas con arquivoltas, que se
apoyan en parejas de columnas. Estas están cegadas y sólo son visibles desde
el interior. Sobre las ventanas se puede ver un ojo de buey.
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