Provincia de Barcelona
Priorato de Santa Maria
(Castellfollit de Riubregós, Anoia)
41º 46,817'N ; 1º 26,123'E
Las primeras noticias del templo de Santa María de Fulliensis datan del
año 1078, cuando aparece citada en el testamento de Adalaidis, hija del
vizconde Ramón de Cardona.
Probablemente esta referencia escrita nos habla de un templo prerrománico,
pues la actual iglesia se consagró el 22 de septiembre de 1082 por el obispo
de Urgell, Bernat Guillem.
Once años más tarde, pasaba a depender del monasterio de
Sant Benet de Bages .
Muy pronto comenzó a recibir numerosas donaciones, que le permitieron adquirir
una cierta relevancia.
Los señores del
castillo de Sant Esteve de Castellfollit pusieron bajo la tutela de este
priorato la iglesia de Sant Vicenç, situada dentro de los muros de la
fortificación.
Hacia el siglo XV, el monasterio inició un período de decadencia.
Felipe II pidió al papa Clemente VIII que
Sant Benet de Bages y sus posesiones, entre las que se encontraba el
priorato, pasaran a depender de
Santa María de Montserrat, que a su vez dependía de San Benito el Real de
Valladolid.
El
pontífice emitió una bula en 1593, por la que confirmaba estas dependencias.
Gracias a ello, el priorato pudo recuperarse y entre los siglos XVII y XVIII
vivió una nueva etapa de esplendor, que propició la construcción de un nuevo
edificio, actualmente utilizado como casa de colonias.
En
1835 perdió la condición de priorato debido a la desamortización de Mendizábal.
Esto provocó su abandono y por tanto un progresivo deterioro.
Por suerte, en 1935 se catalogó como monumento gracias a la intervención del
arquitecto Jeroni Martorell.
Desgraciadamente, esta protección sólo duró un año, pues durante la Guerra
Civil fue descatalogado.
En
1981 fue declarado monumento histórico-artístico de interés local.
La
iglesia que podemos ver se construyó en el siglo XI, aunque sido bastante
modificada, especialmente en época gótica.
Tiene planta de cruz latina, con una nave y un transepto.
La
nave está rematada al este por un ábside cuadrado.
El
ábside está decorado siguiendo la tradición lombarda.
El
muro este presenta tres series de arcos ciegos, separados por lesenas.
Encima encontramos un friso de dientes de sierra.
En
el espacio central se abre una ventana de medio punto y abocinada, coronada
con una sencilla arquivolta.
La
decoración a base de arcos ciegos y lesenas se repite en los muros laterales,
aunque el del lado norte ha quedado casi oculto en su totalidad por una
capilla gótica.
La
nave principal está cubierta con una bóveda de perfil apuntado, mientras que
el ábside y el transepto tienen bóvedas de medio punto.
La
intersección entre la nave y el transepto da lugar a una cúpula semiesférica,
sostenida por trompas en los ángulos.
Exteriormente adopta la forma de un cimborrio semicircular, coronado por un
pequeño cuerpo de planta cuadrada y un tejado a cuatro aguas.
En
el transepto se abrían dos ábsides semicirculares, que no han llegado hasta
nuestros días.
En
el brazo norte fue eliminado para construir una capilla gótica.
Durante las últimas restauraciones, se reconstruyó una pequeña parte de lo que
había sido su trazado.
También se eliminó el ábside del lado sur, en este caso para construir una
sacristía.
Cuando se derribó esta, se volvió a reconstruir el ábside semicircular.
Los brazos del transepto y la nave lateral están iluminados gracias a ventanas
de medio punto y abocinada similares a la que encontramos en el ábside
central.
Encontramos una ventana en cada uno de los muros oeste de los brazos del
transepto y también dos en cada muro lateral de la nave.
Las más cercanas al transepto han sido parcial o totalmente cegadas por la
construcción de nuevas estructuras, como por ejemplo dos capillas góticas en
el muro norte y una barroca en el sur.
Completa la iluminación del templo dos ojos de buey, uno abierto en el brazo
sur del transepto y otro a los pies de la nave.
En
el brazo norte del transepto se abre una ventana coronellada, pero muy
restaurada.
Está formada por tres arcos, que se apoyan en parteluces con los capiteles
mensuliformes.
Se
accedía al templo por tres puertas.
En
el muro sur y protegida por un atrio de factura posterior, encontramos una
sencilla puerta de medio punto, recorrida por una sencilla moldura,
parcialmente desaparecida.
Tiene el tímpano liso, totalmente repuesto.
Este atrio, cubierto con bóveda apuntada, aloja en su interior un arcosolio y
un osario.
En
el brazo norte del transepto se abre otra puerta, también de medio punto,
hecha con grandes dovelas y protegida por un guadapolvo.
En
el muro oeste se abría otra puerta rectangular, actualmente convertida en un
gran ventanal.
Desgraciadamente también ha sido añadida una reja, muy separada del vidrio,
que no permite introducir el objetivo de una cámara, ni evitar los reflejos y
por tanto no se puede ver ni fotografiar el interior.
En
el lado norte de la iglesia encontramos los restos de una gran sala
rectangular, hecha con hiladas de sillares, bastante irregulares, pero de gran
tamaño.
Todo parece indicar que esta edificación corresponde a la parte más antigua
del priorato.
Al
otro lado del templo encontramos la antigua bodega medieval, de construcción
gótica.
Se
trata de una sala rectangular, cubierta con bóveda apuntada.
Encima se construyó una segunda planta, de la que sólo se conservan tres arcos
apuntados.
Se
accede a este segundo piso por una escalera situada en un pequeño patio, que
hay al oeste de la antigua bodega.
Desgraciadamente, nuevamente los cristales y las rejas no nos permiten ver ni
fotografiar nada, una verdadera lástima.
Hay que pedir una visita concertada a la oficina de turismo de la Anoia para
poder acceder al interior del priorato.
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