Provincia de Barcelona
Santa Maria de Sant Martí Sarroca
(Sant Martí Sarroca, Alt Penedès)
41º 22,825'N ; 1º 36,650'E
Las primeras noticias del templo las encontramos el año 1060, cuando aparece
citado en el testamento de Mir Geribert, señor del lugar. Serían los Santmartí
los grandes protectores de la iglesia, pues se encuentra dentro del recinto
del
castillo de este linaje. A lo largo de los siglos recibieron numerosos
bienes y propiedades que le permitieron disfrutar de una situación
privilegiada. De hecho, en el siglo XII, Jordà de Santmartí mandó derruir la
antigua iglesia lombarda para construir una de nueva, más adecuada a los gustos
de la época.
El obispo de Vic, Guillem de Tavertet, consagró el nuevo templo en 1204 . A
finales del siglo XIII adquirió la condición de parroquia.
Durante la guerra Carlina, al encontrarse dentro del recinto fortificado, fue
utilizada como cuartel, hecho que provocó que sufriera numerosos desperfectos.
En 1906, Josep Puig i Cadafalch la restauró y la dotó del aspecto actual.
Recientemente se ha restaurado de nuevo, limpiando sus muros y consolidando
algunas estructuras y elementos, que no habían sido tocados en la restauración
de Puig i Cadafalch.
Entre los siglos XV y XVIII el templo fue modificado. Sobre la cúpula del
crucero se levantó una torre de campanario en el siglo XVI. De esta época
también es la puerta abierta en el muro oeste y que probablemente sustituyó a
una portalada románica. Completan las modificaciones unos altares y una
capilla barroca añadida en el lado norte del crucero.
La iglesia está formada por una sola nave terminada al este por un ábside
semicircular.
Algunos autores afirman que se trata de uno de los ábside más bellos del
románico catalán, pues es uno de los mejores ejemplos de escultura de la
última etapa del románico en Cataluña.
Está decorado externamente con siete arcos de medio punto, reseguidos por un
guardapolvo decorado con motivos vegetales. Estos se apoyan en columnas
adosadas, que tienen los capiteles esculpidos con motivos vegetales.
En el interior de los arcos encontramos otro arco, también apoyado en columnas
con los capiteles esculpidos con motivos vegetales.
En tres de estos arcos se abre una ventana de un solo derrame.
Bajo el tejado, hay una cornisa, decorada también con motivos vegetales, que
se apoya en canecillos esculpidos a base de motivos geométricos, vegetales,
cabezas de animales y figuras humanas.
Esta decoración se repite en los muros laterales y en el transepto.
La decoración a base de dobles arcos se repite en el interior del ábside. Los
maestros picapedreros que trabajaron en este templo son los mismos que lo
hicieron en Sant Miquel de Camarasa y en los claustros de
Sant Benet de Bages y
Sant Pere de les Pueles.
Nuevamente la decoración es a base de motivos vegetales con hojas de acanto y
palmetas .
La nave se cubre con una bóveda de cañón de perfil ligeramente apuntado y
reforzada por cuatro arcos fajones.
El arco situado más al oeste, está integrado en el muro y se apoya en dos
pilastras rectangulares, con los capiteles esculpidos.
Los dos arcos centrales se apoyan en columnas semicirculares, adosadas a los
muros laterales, que también tienen sus capiteles esculpidos.
El arco que comunica la nave con el crucero es doble.
El más exterior se apoya en dos semicolumnas adosadas, mientras que el más
interior lo hace en dos pilastras rectangulares. En los dos casos los
capiteles son vegetales.
También están decorados con esta misma temática los capiteles del arco
triunfal y de los arcos del crucero, que siguen la disposición de doble arco
del primero fajón de la nave.
En el punto de intersección de la nave con el transepto, se levanta una
cúpula semiesférica, sobre la que posteriormente se levantó el campanario.
En el muro norte encontramos una ventana, que externamente está enmarcada por
una moldura, que se prolonga por todo el muro a modo de imposta y que está
decorada con botones florales. Interiormente presenta una arquivolta, apoyada
en dos columnas con los capiteles esculpidos, de factura moderna.
Sobre la puerta del muro oeste encontramos otra ventana de características
similares. En este caso uno de los dos capiteles de la arquivolta interior
está decorado con motivos animales, mientras que el otro tiene temática
vegetal.
En el muro sur encontramos dos ventanas más. La que se encuentra situada en el
tramo más occidental de la nave ha sido muy restaurada y como la del muro
norte, presenta capiteles modernos.
La otra ventana todavía conserva los capiteles originales, si bien están
muy erosionados. El arco está decorado con un cordón por la parte interior.
La puerta situada en el muro norte es de factura románica. Su fábrica es anterior
al resto del templo, que hace pensar que fue aprovechada del templo
anterior. Está construida en un cuerpo adelantado y su datación es de finales
del siglo XI.
Está formada por tres arquivoltas lisas de medio punto, que se apoya en tres
parejas de columnas con los capiteles esculpidos.
Como ya hemos comentado, la portalada fue realizada un siglo antes de que el
resto del templo y por lo tanto el maestro picapedrero fue otro. Las
diferencias estilísticas entre estos capiteles y los del resto del templo son
notables.
Si miramos la portalada desde la izquierda, el primer capitel muestra a un
personaje luchando con un león en cada una de las caras. Algunos estudiosos
afirman que en los dos casos se trata de David y los leones.
En el siguiente capitel, muy erosionado, encontramos una figura humana
vestida con túnica y orando con los brazos abiertos. A su lado dos seres alados, que podrían ser ángeles. Algunas interpretaciones afirman que
representa la Ascensión de Cristo al Cielo.
Los dos capiteles del arco interior están decorados con hojas de acanto,
botones florales y caras humanas.
En el capitel central del lado derecho está decorado con dos leones
enfrentados, sobre los que hay una figura humana que se estira los cabellos.
El último capitel tiene dos grifos enfrentados.
La otra puerta está situada en el muro oeste. Fue realizada en el siglo XVI.
Se desconoce si sustituyó a una anterior románica, si bien la estructura de
esta fachada hace pensar que si existía.
Flanquean la fachada dos gárgoles en forma de león.
Bajo el tejado encontramos una cornisa esculpida con motivos vegetales, que se
apoya en canecillos esculpidos. Están decorados con figuras humanas, animales y
motivos vegetales.
En el presbiterio se venera una imagen de la Virgen, que es un réplica
del original, tallada a principios del siglo XIII. Esta fue encontrada durante las
obras de restauración de principios del siglo XX, pero desgraciadamente
desapareció durante la Guerra Civil. No se sabe si fue quemada o forma parte
de alguna colección privada. Gracias a las fotografías que se tenían de ella,
se pudo realizar una copia muy fiel.
Tampoco podemos ver en la iglesia diversas tallas de madera, conservadas
actualmente en el Museo Nacional de Arte de Catalunya. Una de ellas
corresponde a una imagen de Cristo de finales del siglo XIII, que está
mutilada. También encontramos dos tablas con imágenes en alto relieve. Se cree
que representan a un rey de la Epifanía y a la Virgen en la escena de la Anunciación. Por la parte
posterior se pintaron las escenas de San Pedro y
San Pablo.
El último elemento conservado en este museo es una cruz, con Cristo
Crucificado, datada entre los siglos XIII y XIV, ya en estilo gótico.
También es gótico el retablo que podemos contemplar en el brazo sur del
transepto y que recientemente ha sido restaurado. Está dedicado a la Ascensión
del Señor y es obra de Jaume Cabrera, del taller de Lluís
Borrassà. Su datación es alrededor del 1421.
Destaca por encima de todo la bella imagen de la Virgen Maria, en la parte
central del retablo.
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