Provincia de Barcelona
Sant Pere de Egara
(Terrassa, Vallès Occidental)
41º 34,110'N ; 2º 1,181'E
La iglesia de San Pedro es la más grande de las tres que forman el conjunto.
Presenta un ábside trilobular y una planta rectangular, si bien las
transformaciones que el templo ha sufrido a lo largo de los años ha hecho
variar esta distribución.
La parte más antigua del templo es la cabecera, construida antes del siglo X y
rematada por una cúpula semiesférica de perfil bajo.
A finales del siglo X e inicios del XI, se reestructuró tapando el lóbulo
central del ábside para colocar un retablo de piedra. Este se descubrió el año
1895 cuando se retiró un muro de piedra que servía de apoyo al retablo
barroco. Está totalmente decorado con pinturas murales y lo forman dos hileras
de arcos ciegos sostenidos por columnas y capiteles muy sencillos.
Dentro de los arcos podemos ver a Cristo y a San Pedro, en el piso superior, y
a los cuatro evangelistas, representados por sus símbolos, en el piso
inferior. Entre los arcos podemos ver ángeles y serafines. Por debajo de estas
dos hileras de arcos se pueden observar restos de una escena decorada, pero en
muy mal estado y mutilada por una puerta que se construyó posteriormente. La
estructura de este retablo, del siglo XI, es única en Cataluña. No se conocen
elementos similares.
En el presbiterio también se puede observar otro elemento muy interesante. Se
trata de su pavimento, formado por un mosaico del siglo X, pero de tradición
romana. Está compuesto por motivos geométricos y florales. Debajo todavía se
conserva un pavimento previo en forma de opus signinum.
Durante la reforma del siglo XI también se reedificó el transepto, más
elevado y de planta rectangular, cubierto con una bóveda de cañón perpendicular a la de la
nave.
Las últimas intervenciones arqueológicas han permitido descubrir la planta
original del templo. Tenía tres naves, que acababan en un transepto dónde se
abrían tres ábsides, de los que sólo se ha conservado el central.
La nave actual corresponde a la tercera etapa de construcción del templo, ya en el siglo XII. Este hecho hace que las dimensiones de la nave sean muy desproporcionadas respecto al transepto.
La unión entre los dos elementos se realiza a través de dos arcos,
ligeramente apuntados, entre los que se pueden ver restos de la antigua nave.
La bóveda de la nave es de cañón, pero ligeramente apuntada y que arranca de
unas sencillas molduras, situadas en los muros laterales.
También podemos datar en este siglo la espadaña que había en el
muro oeste, pese a que el actual fue levantado posteriormente.
Sobre el lado sur del transepto, se levanta otro espadaña de
construcción moderna.
En el muro sur se encuentra la puerta de acceso al templo.
Está formada por cuatro arquivoltas lisas de medio punto, protegidas por un
sencillo guardapolvo.
Flanqueando la puerta hay dos grandes ventanas de medio punto. Las dos están
reseguidas por un guardapolvo.
También podemos observar la cornisa del tejado sustentado por canecillos
decorados con elementos vegetales, animales o cabezas humanas.
En el muro norte todavía se pueden ver unas pinturas murales, muy deterioradas,
del siglo XIV.
Estas representan escenas de la Pasión de Cristo y de la vida de apóstoles y
santos.
En el interior del templo se conservan varios retablos góticos, entre los que
destaca el que está dedicado a los santos Abdón y Senén, representados en la
tabla central, obra de Jaume Huguet. Los dos santos eran príncipes de Persia y
fueron ejecutados en Roma. Por motivos que se desconocen sus reliquias se
trasladaron hasta Arlés, en el Vallespir. Muy pronto se extendió su veneración
por toda Cataluña, convirtiéndose en los patrones del campesinado. Alrededor de
la imagen central encontramos cuatro escenas de la vida de los dos santos y un
calvario. En la predela encontramos a los santos médicos Cosme y Damián y dos
escenas de sus vidas.
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