Provincia de Tarragona
Villa Ducal de Montblanc
(Montblanc, Conca de Barberà)
42º 12,052'N ; 2º 42,206'E
La villa de Montblanc ha estado a lo largo de los siglos un lugar estratégico,
por su ubicación y por tratarse de un importante centro de comunicaciones. Los
orígenes de Montblanc los encontramos en el año 1150, cuando Pere Berenguer de
Vilafranca empezó a repoblar la zona, por orden de Ramon Berenguer IV, conde
de Barcelona. Uno de los núcleos que se repoblaron fue el de Duesaigües
situado en la confluencia de los ríos Anguera y Francolí. Cinco años más
tarde el conde decidió cambiar el nombre a la población, que pasó a llamarse,
Vila-salva y nombró alcalde a Pere Berenguer. Años más tarde, en 1163, el rey
Alfons I ordenó el traslado de la población hacia el tozal denominado Montblanc, hoy conocido como pla de Santa Bàrbara,
debido a que el lugar dónde
estaba situada Villa-salva no era demasiada seguro.
Para defender este nuevo emplazamiento se construye un castillo, hecho que
propició un rápido crecimiento de la población. En 1170, además del castillo
también se había construido la iglesia de Santa Maria y el mercadal, que
estaba situado fuera la muralla en lo que hoy es la Plaza Mayor.
Desde los inicios, la villa de Montblanc fue de dominio real y fue gobernada
por el castlà Pere Berenguer hasta el año 1177, momento en que el monarca
la cedió a Guerau de Jorba. En esta época formaban Montblanc un reducido número
de manzanas de casas situadas entre la iglesia de Santa Maria y el castillo.
En el siglo XIV la villa adquiere su máximo esplendor. Es durante estos años
cuando se construyen la mayoría de edificios nobles y las construcciones más
importantes como la prisión y los baños públicos. También se reforman los
templos de
Santa Maria y de
Sant Miquel.
Este importante aumento de población hace necesaria la construcción de un
nuevo recinto defensivo, por orden de Pere III, que es el que ha llegado hasta
los nuestros días.
El recinto amurallado tenía una longitud de unos 1500 metros y englobó todos
los barrios que habían ido creándose extramuros de la anterior muralla.
Quedaron fuera los conventos de
Sant Francesc y de la Merced y el Hospital de Santa Magdalena. Tenía treinta y
una torres, dos de las cuales hacían función de portal. Inicialmente había dos
portales más y en el siglo XV se construyó un quinto: el del Castlà.
Durante los siglos XIV y XV fue sede de las cortes en varias ocasiones. En
1387 el rey Joan I concedió el título de duque de Montblanc a su hermano Martí,
futuro Martí l'Humà, pasando a ser jurisdicción real.
En 1348 se inicia el declive de la villa, con la aparición de numerosas
epidemias. La crisis iniciada con la bajada de población se agravó durante la
guerra civil catalana contra Joan II, en que Montblanc sufrí numerosos
desperfectos en la muralla y en varias casas.
Precisamente tras esta guerra se construye el palacio del Castlà junto a la
iglesia de Sant Miquel , al haber quedado muy deteriorado el castillo.
Precisamente sus piedras fueron utilizadas para la construcción del nuevo
templo gótico de
Santa Maria .
Nuevamente en el siglo XVIII fue víctima de un conflicto armado, en este caso
la Guerra de los Segadors, que causó numerosos destrozos en la villa y sus
murallas. Sin tiempo para recuperarse de las penurias de la posguerra estalló
la Guerra de Sucesión, hecho que vuelve a comportar graves destrozos en la
villa. Pese a que Felipe V ordenó la demolición de la mayoría de recintos
fortificados de Catalunya para evitar sublevaciones, las murallas de Montblanc,
si bien muy deterioradas se salvaron de la destrucción total.
Destacan otros edificios en la villa como el Palacio Real, el casal de los
Josa, el palacio de los Alenyà, o la casa de la Villa, que conserva restos de
los siglos XIII y XIV.
A continuación podéis encontrar un acceso directo a los edificios medievales
más importantes de la villa.
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