Aragón - Zaragoza
Iglesia de San Esteban
(Sos del Rey Católico, Cinco Villas)
42º 29,817'N ; 1º 12,886'O
El templo de San Esteban se inició en el siglo XI por la zona de la cripta
y
del paso subterráneo. Son las partes más antiguas y por lo tanto allí donde
el románico presenta unas trazas más arcaicas. Un siglo más tarde se inició
el resto del templo, que se acabó en época gótica y que posteriormente
recibió algunas ampliaciones, que han dejado oculta la fábrica románica.
El templo está formato por tres naves acabadas en ábsides semicirculares.
Estos se encuentran justo encima de la Cripta del Perdón. Esto hace que
exteriormente se observen tres alargados ábsides reforzados por gruesos
contrafuertes, que se adelgazan algo en el tramo correspondiente a la iglesia
superior. También se adelgaza ligeramente el diámetro de los ábsides.
En el exterior, a los pies del ábside, podemos encontrar una pequeña tumba antropomórfica
excavada en la roca. Por sus dimensiones es probable que
corresponda al enterramiento de un niño.
En la parte correspondiente a la iglesia superior se abren los ventanales que
iluminan el presbiterio. Hay una ventana en cada uno de los ábsides laterales
y tres en el principal. Estas están decoradas con una arquivolta esculpida,
que se apoya en un par de columnas con los capiteles decorados con motivos
historiados. Enmarcan los ventanales dos molduras decoradas: la inferior con
motivo jaqués y la superior con otros motivos geométricos.
Los tejados reposan en una cornisa sustentada por canecillos decorados.
Por la parte interior están decorados con unos arcos ciegos de medio punto.
Los arcos del ábside central están apoyados en dobles columnas con capiteles
decorados, mientras que en los laterales las columnas son simples. Estas se
apoyan en una imposta decorada. Ante el ábside principal hay un tramo
de presbiterio cubierto con bóveda de cañón. El arco fajón de esta zona está
apoyado en columnas adosadas con capiteles historiados.
Las tres naves están cubiertas con bóveda de arista. El transepto, en cambio,
tiene bóveda de cañón ligeramente apuntada. En el crucero volvemos a
encontrar bóveda de arista con los nervios muy marcados.
Bajo el coro construido en los pies de la nave central, encontramos una
capilla dónde se puede venerar al Cristo del Perdón. Se trata de una talla románica
del siglo XIII que originariamente estaba en el absidiola izquierda de la
cripta.
Otro elemento interesante conservado en este templo es la pila bautismal visigótica
de ocho pétalos. En ella fue bautizado Fernando el Católico el 11 de febrero
de 1453.
La portalada, muy erosionada, está protegida por un pórtico del siglo
XVI cubierto con bóveda estrellada.
Destacan las estatuas-columna, del estilo de la cercana Santa
Maria de Sanguesa. Hay tres en cada lado de la puerta. Están representados
de derecha a izquierda San Pelayo, la reina Estefanía, el Rey David, una
imagen sin identificar que podría ser San Vicente o San Lorenzo, otro
personaje con mitra y San Juan Evangelista. Entre columnas hay tres figuras
sobrepuestas. En una de ellas podemos ver a San Jorge y el dragón.
La puerta está rodeada por tres arquivoltas decoradas con escenas bíblicas y
mitológicas. Estas se apoyan en capiteles con decoración vegetal. En el centro
encontramos un tímpano dónde hay un Pantocrátor con mandorla, rodeado por
el tetramorfos, dos ángeles y una figura orando.
Desperdigadas por la fachada podemos ver otros grupos escultóricos difíciles
de identificar debido a la erosión. A duras penas se pueden observar algunos
guerreros , la Visitación y la Anunciación.
Lamento muy no poder ofrecer más imágenes del interior del templo y de la
cripta. Tampoco la calidad de las mismas es la deseada. Esto lo hemos de
agradecer al párroco del templo. Pese a tener una autorización de
la Diócesis de Jaca para fotografiar el interior de sus templos románicos, se
negó a dejarme tomar imágenes o a concretar un día y hora para poderlo hacer. Finalmente accedió a que hiciera "una media docena".
En un templo lleno de elementos interesantes, seis fotos no dan para
nada... No pude conseguir nada más. Ni siquiera pude comprobarlas y repetirlas si habían salido mal.
Fue una situación tan incómoda como incomprensible.
|