Aragón - Huesca
San Pedro el Viejo
(Huesca, La Hoya de Huesca)
42º 8,304'N ; 0º 24,488'O
Claustro
Se edificó en el siglo XII y destaca por la talla de los capiteles, que
corresponden al Maestro Agüero, también conocido como Maestro de San
Juan
de Peña. Lamentablemente no podemos disfrutar de todos los capiteles
originales en este claustro. La erosión de parte de los capiteles de las alas
norte, sur y este ha provocado su sustitución por copias, algunas de las
cuales
son prácticamente reinventadas, pues el original se encontraba totalmente desgastado.
Sólo quedan dieciocho capiteles originales en su lugar, el resto se guardan
en el Museo Provincial. Pese a que las copias son capiteles con un valor
histórico mínimo, he creído conveniente poner algunas imágenes,
diferenciando claramente cuales son originales y cuales no.
En el lado este se narran los primeros años de Cristo. Se empieza con el
compromiso y la boda de José y María. A continuación se narran las
escenas de la Anunciación, la Visitación, la Adoración de los Reyes, la
presentación en el templo y la huida a Egipto. Todos estos capiteles son
copias. El que se conserva todavía original es el del retorno de Egipto y el
bautismo de Jesús. Se cierra este ciclo con el capitel de la matanza de los
inocentes, también copiado.
El siguiente capitel nos habla de las tentaciones de Cristo, que es todavía
de los originales. Con él se empieza el ciclo dedicado a la Pasión, dónde
encontramos la entrada en Jerusalén, la Última Cena, el huerto de los olivos,
el beso de Judas, Jesús y Pilatos, la flagelación, la subida al Calvario, la
Verónica, la Crucifixión y el del Descendimiento de la Cruz. Todos estos capiteles,
excepto el último, han sido sustituidos por copias.
Por suerte, casi todos los capiteles del ala oeste todavía son los originales.
En ellos se representa la Resurrección de Cristo. Así observamos como ponen
el cuerpo de Cristo en el sepulcro, a los sacerdotes reunidos con Pilatos, la
guardia romana ante el Sepulcro, la aparición ante Maria Magdalena, ante de
los apóstoles y ante Santo Tomás. A continuación vemos la Ascensión al
Cielo y Pentecostés
En esta misma galería oeste también se representa la Dormición de Maria, su
asunción al Cielo y su sepulcro vacío. A partir de este punto, y mediante algunos capiteles copiados, se representan animales enfrentados, motivos
vegetales y algunos más historiados.
En los muros del claustro podemos encontrar varias inscripciones funerarias, básicamente
del siglo XIII. También podemos ver numerosos sepulcros de época románica y
también gótica.
La puerta que da acceso al templo está formada por tres arquivoltas que
rodean un bello tímpano esculpido. Está dividido en dos niveles. En el piso
superior se representan dos ángeles que sostienen un crismón trinitario. El
piso inferior se reserva por mostrar una bella imagen de la Epifanía. Jesús,
sentado en el regazo de su madre, recibe la visita de los tres Reyes Magos de
Oriente, que han llegado hasta este lugar siguiendo la estrella. José se lo
mira todo desde el lado derecho. Es obra del Maestro de Doña Sancha.
En otra puerta del claustro encontramos otro crismón sostenido por dos
ángeles. Su composición nos recuerda mucho al de la puerta norte del templo,
si bien es de factura muy tosca. También podemos encontrar un crismón más,
adosado en la pared del claustro, aunque éste es de factura más moderna.
En el ángulo sudeste del claustro podemos encontrar la capilla de San Bartolomé. Es el único vestigio que nos ha llegado del anterior templo mozárabe. Fue utilizada como sala capitular del monasterio y posteriormente se convirtió en panteón real.
Es una sala rectangular cubierta con vuelta de cañón reforzada con dos arcos
torales. El arco más próximo a la cabecera se apoya en dos columnas con sus
capiteles esculpidos. El del lado derecho, decorado con hojas de palma, es de
origen visigodo. Preside la sala una réplica de la imagen gótica de San
Bartolomé.
En el interior de esta capilla podemos encontrar el sepulcro de los reyes
aragoneses Alfonso I y Ramiro II. Este segundo está enterrado en un sarcófago
paleocristiano de los siglos II o III. Está construido en mármol. En el
centro podemos ver una mandorla que alberga la imagen de un personaje vestido
con una toga. Representa el alma del difunto, que es subida a lo Cielos
por dos ángeles. Bajo ellos Neptuno y Anfitrite con el cuerno de la abundancia.
A ambos lados Hypnos y Thanatos, representantes de la muerte. Lástima que
este bello sarcófago esté iluminado por dos apliques de " diseño"
que estropean su visión.
Delante de este sepulcro encontramos el de su hermano Alfonso I, enterrado bajo
un arco de medio punto. Originariamente fue enterrado en Montearagón,
pero debido al estado ruinoso de este monumento, fueron trasladados aquí sus
restos en 1845. También fueron trasladados los restos del Infante Fernando, los
de una Infanta no identificada y los de Abad de Montearagón.
También podemos observar en esta capilla el sepulcro gótico del último
prior del monasterio Bernardo Alter Zapila.
En el muro sur del claustro hay una portalada, que comunica con la calle, de
construcción moderna y realizada en estilo neo-románico.
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