Tiene planta cuadrada  y se empezó a construir hacia el año 1136 . Destaca por su sencillez y austeridad.

Las cuatro galerías están formadas por arcos de medio punto dovelados, que se apoyan en sencillas columnas con los capiteles esculpidos con motivos geométricos, vegetales y en un par se pueden ver también representados animales. Desgraciadamente todos los capiteles están mutilados  con  unas incisiones que se hicieron posteriormente para sustentar algún tipo de estructura de madera.

En el muro sur podemos encontrar los dos capiteles dónde se han esculpido figuras animales. En un de ellos se ha representado un caballo en una de sus caras. En las otras tres encontramos motivos vegetales. En el capitel que hay a su derecha se puede ver a un perro, un asno, un gallo y una cabeza humana entre plantas.

En los ángulos del claustro encontramos unos esbeltos arcos de medio punto, que se apoyan en columnas adosadas. Estos arcos sirven para reforzar el tejado, bajo el que encontramos una imposta esculpida con un ajedrezado, que recorre todo el perímetro claustral.

Pero si por algo es conocido el claustro de Roda de Isábena es por la gran cantidad de laudas funerarias que hay grabadas en sus muros y en sus arcos. Algunas de ellas todavía conservan su policromía original. 

Hay cerca de doscientas. La más antigua se remonta al año 1143, mientras que la más "moderna" está datada en el siglo XV.

En el muro este encontramos el acceso a la sala capitular, hoy convertida tristemente en tienda de recuerdos y artesanía, impidiendo su contemplación. Cinco arcos de medio punto comunican esta estancia con el claustro, siendo el central la puerta. Los capiteles están bellamente esculpidos con motivos florales, hojas y piñas

En el muro sur encontramos la puerta que nos lleva hacia el templo. Es de medio punto y dovelada. En este mismo muro se pueden observar algunos canecillos esculpidos con cabezas humanas y motivos geométricos dónde se apoya el tejado.

Adosado al  muro norte se encuentra el refectorio, hoy convertido en restaurante. Se trata de una sala rectangular cubierta con bóveda apuntada en la que se conserva un pequeño fragmento de pinturas murales, que sólo puedes contemplar si te quedas a comer. La antigua puerta de acceso  está formada por una única arquivolta apoyada en columnas con los capiteles esculpidos. El tímpano es liso.