Aragón - Provincia de Huesca


Nuestra Señora de Baldós
(Puente de Montañana, Ribagorza)

 

42º 09,742'N ; 0º 40,623'E   




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El templo, conocido como Nuestra Señora de Baldós, fue consagrado inicialmente a San Martín. Desde siempre ha sido la parroquia del término de Montañana. A finales del siglo X se construyó el primer templo, gracias al empuje del presbítero Baró y dos repobladores del lugar: Marquès y Companyó. También conocemos el maestro que levantó este primer templo, fue un tal Bonfill. Hacia el año 997, el presbítero Baró entregó la iglesia y un alodio al monasterio de Santa María de Alaó. De este templo no ha sobrevivido nada, pues en 1006 Montañana fue recuperada por los musulmanes y la iglesia se encontraba muy cerca del castillo.


El año 1026 se volvió a consagrar el templo por el obispo Borrell de Ribagorza, en presencia del conde Ramon III de Pallars Jussà. Esta consagración se debe a que se tuvo que reconstruir el templo. En este momento se instaura una pequeña comunidad religiosa, que dependía de Alaó. Parece que esta pequeña celda no prosperó mucho y probablemente desapareció a los pocos años de fundarse, pues no encontramos documentación que hable, más allá del 1.026.

Durante el obispado de Ponç de Roda (1098-1104) se produjo una tercera consagración a petición de los señores de Montañana. Probablemente este es el motivo por el que se añadió la advocación de Sant Ponç a la de Sant Martí, en honor al obispo que hizo la consagración.

Según la tradición, en 1412 y cerca del mas Felip, se apareció una imagen de la Virgen a un pastor, al que curó. La imagen era de mármol y según los modelos góticos estaba de pie con el Niño en sus brazos. Desgraciadamente la imagen fue destruida en 1936.

El edificio ha sido liberado de numerosos cuerpos adosados ​​a lo largo de los siglos y que presentaban un aspecto lamentable amenazando con derrumbarse. El templo tiene una sola nave, muy corta si tenemos en cuenta su anchura y las proporciones de los brazos del transepto. La nave está cubierta con una bóveda de perfil apuntado, que arranca de una imposta biselada. La bóveda está reforzada por un arco fajón, apoyado en dos pilares.


La nave está rematada al este por un ábside semicircular totalmente liso, en el que se abre una ventana abocinada.


Bajo el tejado podemos ver canecillos muy erosionadas. Algunos conservan todavía los motivos con que fueron esculpidos.


El tambor absidal está separado de la torre por una imposta decorada con unos elementos que presentan muchas incógnitas, en buena parte por su erosión. Si los miramos de izquierda a derecha primero aparecen lo que parecen dos pechos femeninos, al menos es lo que apuntan algunos estudiosos, pero cuesta imaginar que se representara este motivo en el ábside ... A continuación, vemos algunas flores y frutos muy desgastados, una concha de peregrino, dos palomas y los panes y los peces. También encontramos motivos pintados y no esculpidos con motivos astronómicos como soles, lunas y estrellas.

Sobre el brazo sur del transepto se levanta una torre campanario. Por encima de un imponente zócalo se levantan tres pisos, separados entre ellos por arquerías ciegas de inspiración lombarda, pero de ejecución gótica.


Como sucede en la basílica de Santa María de Castelló d'Empúries, los arcos son polilobulados de tipo gótico, probablemente de bien entrado el siglo XIII. En cambio la tipología del campanario es fiel a los campanarios más propios del siglo XI.


Los arcos se apoyan en pequeñas ménsulas probablemente esculpidas, con motivos florales y cabezas de animales y humanos, pero actualmente muy erosionadas.


En el nivel inferior hay una puerta de arco apuntado que permite acceder al campanario.


Este arco parece haber sido reconstruido a juzgar por los escudos que hay esculpidos en dos dovelas y que actualmente están invertidos.


La puerta se abre en el muro sur. Es sin lugar a dudas el elemento más interesante del templo. Está formada por cinco arcos de medio punto en gradación, que rodean un tímpano esculpido, y protegidos por un guardapolvo esculpido con puntas de diamante.


En el tímpano vemos al Cristo en majestad sentado en el trono y en la mandorla mística, que sujetan dos ángeles.


Los arcos descansan en una imposta decorada con motivos vegetales y serpientes, que sirve de coronamiento los capiteles. Estos están bellamente esculpidos, si bien presentan un grado de erosión muy elevado. Iniciaremos la descripción de los motivos escultóricos por la izquierda de la portada. La primera imagen que vemos es una cabeza con tres caras, como representación de la Santísima Trinidad. A su lado, en el primer capitel vemos en San Miguel pesando las almas.


Los dos siguientes capiteles representan la expulsión de Adán y Eva del Paraíso después de cometer el pecado original. En el capitel izquierda está representado Dios, que lleva un libro en la mano, mientras expulsa a Adán y Eva con la mano derecha. Le acompaña un ángel. En el capitel situado a la derecha vemos a los pecadores separados por el Árbol de la Ciencia en el que está enroscada la serpiente.


Por culpa del pecado original, Adán y Eva se verán obligados a trabajar para sobrevivir. En el siguiente capitel vemos a Eva cosiendo y Adán llevando una pesada carga en sus hombros. También son fruto de este primer pecado los demás vicios de la humanidad, como la avaricia. En el último capitel de este lado vemos al avaro protegiendo su bolsa de dinero, mientras le atacan seres diabólicos o feroces.


A continuación nos centramos en los capiteles del lado derecho. En primer lugar vemos el sacrificio de Isaac. Abraham coge a su hijo por el pelo, mientras un ángel le coge la mano para detenerlo. En el siguiente capitel vemos al cordero que finalmente será sacrificado.


A continuación vemos a un personaje que se postra ante otro, que ha perdido la cabeza. Desgraciadamente esta pérdida nos impide identificar el sentido de la escena. A su lado, San José sentado con bastón de peregrino es testigo de la escena de la Anunciación. María con una rueca recibe la visita del arcángel San Gabriel y del Espíritu Santo en forma de paloma.


El último grupo de capiteles está muy dañado por la erosión. Representa a la visita de las mujeres al sepulcro de Cristo, donde se encuentran a un ángel. La última escena está muy deteriorada y resulta muy difícil su interpretación. Algunas fuentes ven a María Magdalena con Jesús, el "Noli me tangere".


También están esculpidos los montantes de la puerta. En el lado izquierdo vemos la cabeza de un león. A la derecha, la escena de la lujuria, donde una mujer es atacada por dos bestias.


Encima de la puerta de acceso vemos un gran arco cegado, flanqueado por arcos ciegos de tradición lombarda. Se desconoce la funcionalidad de esta gran apertura.


A los pies de la nave encontramos un coro elevado construido en un momento posterior al templo. Bajo el corazón vemos un arcosolio en el que se descubrieron unas interesantes pinturas en gótico lineal, que habían quedado ocultas por pinturas modernas.

En el arco se representaron los apóstoles y en la jamba derecho a la Virgen. El ramal izquierdo fue alterado al construir una capilla lateral. En la bóveda vemos un Pantocrátor en la mandorla y rodeado por el Tetramorfos, un Agnus Dei y la Crucifixión.

El muro de del fondo está dividir en dos partes bien diferenciadas gracias a una cenefa en zigzag. En la parte inferior, como es habitual, está decorado imitando telas. En la parte superior se representa la vida de Nicolás de Bari, dividida en dos registros. En la primera escena del registro superior se representa el nacimiento el San Nicolás, que nada más salir del vientre de su madre ya se mantenía depie. A continuación, vemos como es nombrado obispo y unos personajes le ponen la mitra y le entregan el báculo. Una vez nombrado obispo, le vemos celebrar la liturgia. Ya en el nivel inferior, le encontramos entre dos grupos de caballeros preparados para iniciar el combate. Después vemos a San Nicolás acompañado de dos personajes y hablando con un ángel. Probablemente hace referencia al momento en que el santo pedía ser avisado antes de morir. Precisamente en el siguiente registro encontramos su sarcófago, del que manaban aceite y agua, que el pueblo recogía, pues se le atribuían propiedades milagrosas.

También se descubrieron dos fragmentos de pinturas, en este caso del siglo XIII y en un peor estado de conservación. Están ubicadas en una de las pilastras del arco toral. En los fragmentos conservados se representan dos escenas de la pasión de Cristo, concretamente la flagelación y el beso de Judas.

Al sur del templo se conservan los restos de lo que se mantiene en pie del priorato. Por suerte últimamente se ha limpiado el espacio y consolidado los muros.


Lo más destacable es la puerta de acceso, protegida por aspilleras y coronada por un escudo.