BLANCO Y ROSICLER (1946) (algunos poemas de este libro)
PÓRTICO Si amor infunde aliento a mi albedrío cantaré enamorado en lengua nueva, pues amorosamente se renueva, anhelante de anchura, el viejo río. Amanece copiosa de rocío una ternura que a volar me lleva, y no parece ser sino que llueva de las plantas al cielo del estío. Rosa de amor, ciprés de amor, concibe la perla de imperial valor que aumente la dulzura y la fuerza con que vive transfigurándose celosamente el alma cuyo afán se circunscribe al foco de la luz indeficiente. VILLANCICOS
En plata labra el
joyel
La plata que
reflejó
El maestro
celestial,
El suavísimo
color
Vibra el amor en
la luz
EL DIABLO Y DIOS |
Y crece hasta romperse la ilusión de traspasar los límites del espacio y del tiempo, aunque en la estancia de un rincón de mundo palpiten y oscilen relojes, termómetros, y se deshojen rosas y calendarios consentidos al girar de la Tierra. Ordenándolo todo, más allá y más acá del mal, y aun dentro del mal mismo, está la Providencia. ¿Quién, sumido en el fango hasta los ojos, no pugna por librarse, una y mil veces ávido de luz? Al escindir su realidad, compuesta de pasión y deber, convirtióse la vida en monstruo devorante de sí mismo. Mas la gracia conmueve, unifica y levanta las fuerzas naturales para el vuelo triunfal. MÁGICA INFANCIA (fragmentos)
Alegría de clarión
con el barniz y el
aroma
Enarbolando
sombrillas
Dorad los días
festivos,
Poned incienso en el
ascua
Soplos de mayo
precoz,
*
Arrulladme,
concertinas;
Cielos de hadas y
brujas,
Inspiraciones de
amores
Cándido y áureo
recuerdo
Reminiscencias
nubladas
Luego al desaparecer |