Provincia de Lleida
Era Mare de Diu de Cap d'Aran
(Naut Aran, Val d'Aran)
Las primeras noticias de este templo, situado en la parte alta del núcleo de
Tredòs, datan del primer miércoles de marzo de 1198, cuando el rey Pedro I el
Católico concedió varios beneficios a esta iglesia.
Su
construcción se inició a finales del siglo XI.
Un
siglo más tarde o ya en el siglo XIII se rehicieron algunas partes del templo.
Se
cree que formaba parte de un conjunto monacal, actualmente desaparecido.
Nos encontramos con lo que podría ser el primer templo de todo el valle
construido con planta basilical de tres naves.
La
separación entre las naves se hace mediante cuatro arcos formeros de medio
punto a cada lado.
Estos arcos descansan en pilares de planta cruciforme, pues también debían
servir de apoyo para los arcos fajones, que reforzarían las bóvedas de las
naves.
Actualmente no se conserva nada de la bóveda central, que era de medio punto y
sólo el arranque de las bóvedas de cuarto de círculo de las naves laterales.
En
algún momento se derrumbaron y se sustituyeron por una única estructura de
madera que cubre las tres naves, reconstruida a finales del pasado siglo.
Las tres naves están acabadas en tres ábsides semicirculares, cubiertos con
bóvedas de cuarto de esfera.
Actualmente quedan ocultos por la presencia de retablos barrocos, que
desgraciadamente han perdido sus imágenes.
El
ábside principal se une a la nave mediante un profundo tramo presbiteral,
cubierto con bóveda de cañón.
Por la parte exterior los tres ábsides están decorados, si bien presentan
diferentes estilos.
El
ábside central, que fue sobrealzado, presenta una decoración lombarda con arcos
ciegos y lesenas hechas con piedra pómez.
Su
interior, antes de instalar el retablo, estaba iluminado por tres ventanas de
medio punto y doble derrame.
El
ábside del lado sur presenta una decoración hecha también con parejas de arcos
de medio punto, que en este caso se apoyan en columnas adosadas.
Estas columnas tienen capiteles decorados con motivos vegetales.
El
punto de unión entre los arcos está acabado con una pequeña ménsula esculpida
con varios motivos.
Así pues, podemos ver una cabeza de felino, un motivo de cestería y elementos
vegetales.
Su
ventana, que se abría en la parte central del tambor absidal, está actualmente
cegada.
Este ábside fue construido con elementos procedentes de otra construcción o
bien fue rehecho en alguna ocasión, como se deduce por el fragmento de columna
que hay empotrado en su muro.
El
ábside norte está parcialmente por debajo del nivel de la calle, lo que
dificulta su visualización completa.
Por el contrario, podemos observar de cerca los fragmentos de la cornisa
esculpida con motivo jaqués que aún se conserva
n.
También podemos ver tres canecillos esculpidos con caras humanas y figuras
geométricas y uno liso.
Este ábside presenta diferentes momentos de construcción, como se puede
deducir por las diferentes técnicas y materiales utilizados.
En
la parte central se abre una ventana abocinada y con un arco de medio
monolítico, reseguido por dos arcos grabados en la misma piedra.
En
el muro este, justo encima de los ábsides, encontramos tres ventanas de ojo de
buey.
La
que hay sobre el ábside del lado norte está decorada con cuatro círculos en
gradación.
El
círculo exterior conserva una decoración a base de bolas, mientras que el más
interior presenta un sogueado.
También encontramos decoración en las ventanas que se abren en el lado norte.
Son tres ventanales de medio punto y dos de ellos presentan características
formales muy similares.
El
más cercano a la cabecera está decorado con un arco decorado con motivo de
tablero de ajedrez que rodea a una arquivolta dovelada, que se apoya en una
imposta, también esculpida y dos columnas cilíndricas con capiteles decorados.
El
capitel de la izquierda vemos una cara humana, rodeada por motivos
geométricos, que llenan completamente su superficie.
El
capitel de la derecha, en cambio, presenta una decoración de tipo vegetal.
Por la parte interior este ventanal ha sido bastante mutilado.
Sólo se conserva parte del guardapolvo ajedrezado con que estaba decorado.
En
el ventanal situado en el segundo tramo de la nave se repite la estructura,
con la salvedad que en el interior del arco que forma la arquivolta
adovelada volvemos a encontrar esculpido un motivo de tablero de ajedrez y
siguiendo el arco de la ventana una fina trenza.
El
capitel del lado izquierdo está decorado con entrelazados y motivos vegetales.
El
del lado derecho también presenta un motivo de entrelazados.
Si
prestamos atención podremos ver una pequeña cara humana en el ángulo del
capitel.
La
base de esta columna también presenta decoración, en este caso en forma de
tres bolas situadas en la cara frontal.
Flanquean el conjunto dos máscara, de factura muy rústica.
La
del lado izquierdo, a pesar de tener apariencia humana, parece más un ser demoníaco, que nos muestra sus dientes amenazadores.
La
otra máscara presenta una apariencia felina.
Esta ventana ha superado mejor el paso de los siglos por su parte interior,
conservando íntegro el arco de medio punto adovelado, que se apoya en dos
columnas con los capiteles esculpidos con motivos geométricos.
La
tercera ventana es mucho más simple y estrecha.
En
este caso sólo está decorada con unas simples estrías en la piedra que forma
el arco de medio punto.
Algunos de los sillares de este muro presentan una decoración muy habitual en
el Valle de Aran, hecha a base de ajedrezados o motivos en zigzag grabados
directamente en la piedra.
En
este muro se puede ver claramente en sobrealzamiento que sufrió el templo al
construir la cubierta de madera.
Una línea de imposta apoyada en canecillos esculpidos marca el nivel donde
comenzaba el tejado original.
Los canecillos están decorados con cabezas humanas y motivos geométricos.
En
el muro sur el sobrealzamiento aún fue más importante como se puede comprobar
gracias al friso de arcos ciegos que se conserva en el primer tramo de la
nave.
Estos se apoyan en pequeñas ménsulas lisas.
En
el segundo tramo sólo se han conservado estos elementos, habiendo desaparecido
los arcos.
El
acceso al templo se realizaba a través de dos puertas.
La
principal se encuentra en el muro oeste, frente a la torre de campanario.
Está formada por tres arquivoltas adoveladas.
La
central se apoya en dos columnas, que tienen capiteles esculpidos.
El
capitel de la izquierda tiene esculpidos dos cabezas, una en cada cara,
rodeados por motivos vegetales.
El
del lado derecho presenta tres arcos, en el interior de los cuales hay una
semiesfera.
Encima de estos arcos encontramos cuatro semiesferas más, rodeadas por motivos
vegetales.
El
arco interior se apoya directamente en impostas.
El de la derecha tiene esculpida horizontalmente la figura de un orante.
También está decorada la base de la columna del lado derecho, donde vemos una
pequeña cabeza de animal.
El
cerrojo de la puerta es también de tradición románica, decorado con incisiones
geométricas.
Sobre los arcos, empotrado en el muro, encontramos un crismón.
La otra portalada se encuentra en el muro sur.
Es
de factura mucho más sencilla aunque en el tímpano también encontramos
esculpido un bonito crismón.
En el
lado derecho del crismón vemos grabada una inscripción con el nombre de su
autor, un tal CETIT.
La
rodea una arquivolta dovelada que está reseguida externamente por un
guardapolvo esculpido con motivo jaqués, que se prolonga por el muro a modo de
imposta.
Era la puerta que comunicaba el templo con las dependencias monacales.
A
la izquierda de la puerta vemos unas inscripciones posteriores.
La
iglesia de Santa María de Cap d'Aran de Tredòs tiene dos características
insólitas respecto al resto de templos que podemos encontrar en el Valle de
Aran.
La
primera es tener un campanario separado del cuerpo de la iglesia.
Está situado frente a la puerta del muro oeste.
En
algunas ocasiones ha acogido reuniones del Consejo General del Valle de Arán.
Únicamente el primer tramo responde todavía al original románico.
El
resto de pisos corresponden a añadidos y reformas posteriores.
En
él se abre la puerta de acceso, situada en el muro este y formada por un
sencillo arco de medio punto.
La
otra característica interesante la encontramos en el interior.
Es
el único templo de todo el valle donde encontramos una cripta bajo el
presbiterio.
Está formada por dos espacios: uno rectangular, cubierto con bóveda de cañón y
un semicircular, cubierto con bóveda de cuarto de esfera reforzada por dos
nervios.
Según la tradición es en este lugar donde se encontró la imagen de la Mare de
Déu del Cap d'Aran, que desgraciadamente fue destruida durante la Guerra
Civil.
Se
accede gracias a un arco de medio punto adovelado que se abre en la parte
central de las escaleras que llevan hasta el presbiterio de la nave central.
En
el interior de la cripta se conservan algunos elementos de piedra encontrados
a lo largo de los años como son capiteles, fragmentos de columnas y una pila
de aceites.
Esta era inicialmente una pila bautismal, probablemente prerrománica,
aprovechada posteriormente para guardar el aceite de las ofrendas.
Pero el elemento más interesante es una pila bautismal muy singular y arcaica.
Tiene forma prismática, de tal modo que en la arista que forman los lados más
cortos hay esculpidas las trazas de una cara de animal.
Algunos estudiosos quieren ver la representación de un pez.
Todavía se conserva una tercera pila bautismal en el interior del templo.
Esta se encuentra ubicada en la entrada de la iglesia y bajo una pintura del
siglo XVII, que representa el bautismo de Jesús.
La
pila bautismal está hecha con un gran bloque de mármol gris, sostenida por un
pequeño pie cilíndrico.
No
tiene ningún tipo de decoración, lo que dificulta su datación.
Delante encontramos una pila de agua bendita decorada con un zigzag.
Está sustentada por una columna decorada con dos grupos de pequeñas molduras.
El
interior del vaso también tiene una pequeña figura esculpida.
Su
erosión impide su identificación.
Algunas fuentes afirman que es una rana, mientras que otros creen que es un
pez.
El
altar principal se apoya en cuatro columnas, que tienen unas bases románicas
reaprovechadas.
Las bases de las columnas posteriores están decoradas con bolas en los
ángulos.
En
las anteriores, la moldura superior está decorada con un sogueado.
El
templo conserva numerosas muestras de pintura mural.
La
mayoría fueron realizadas durante el renacimiento, pero aún se conserva una
imagen de origen románico.
Está situada en uno de los pilares que separan la nave norte de la central.
En
ella vemos a la Virgen María y al Niño.
La
Virgen no era inicialmente una imagen de la Virgen, si no la de alguna santa.
Ya
en época gótica se reconvirtió la imagen añadiéndole el Niño.
El
brazo izquierdo de la santa se aprovecha como brazo del Niño.
Por arriba y por abajo de las dos imágenes encontramos una cenefa de tipo
geométrico.
En
1951 se arrancaron unas pinturas murales que decoraban el templo.
Datan del siglo XI y XII y están atribuidas al círculo del Maestro de Pedret.
Actualmente están repartidas entre varios museos y colecciones.
El
fragmento más importante se encuentra en el museo
The Cloisters de Nueva York, correspondiente a la bóveda del ábside
principal.
En
ella se puede ver en la Maiestas Mariae con el Niño en su regazo en la
mandorla mística.
A
su izquierda encontramos al arcángel San Miguel y al rey Melchor, mientras que
a la derecha se representó al arcángel San Gabriel y a los reyes Baltasar y
Gaspar.
Otro fragmento, que se encontraba en el presbiterio, se conserva en el Museo
Maricel de Sitges.
Corresponde a una Maiestas Domini, situada en una mandorla circular.
Cristo sostiene un libro con la mano izquierda, mientras que tiene altura la
derecha en señal de bendición.
Mejor suerte han tenido buena parte de las pinturas renacentistas realizadas
en el siglo XVII y que aún se conservan en el templo.
En
los pilares más cercanos al presbiterio de la nave central vemos las imágenes
de diferentes santas.
En
el resto de caras de estos pilares y del resto también se conservan imágenes
de santos y un Cristo Crucificado.
En
la iglesia se conservan dos elementos, que a pesar de no corresponder al
período al que está dedicado este portal, llaman la atención de cualquier
visitante.
Se
trata de un confesionario y las sillas de los concelebrantes.
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