Provincia de Lleida
Sant Climent de Coll de Nargó
(Coll de Nargó, Alt Urgell)
42º 10,298'N ; 1º 18,780'E
Nos encontramos delante de uno de los edificios más interesantes de la
comarca. Para encontrar sus orígenes nos hemos de trasladar hasta el siglo X. Concretamente las primeras
noticias que nos han llegado datan del año 988.
Originariamente era un templo mozárabe, que algunos han querido relacionar
con las iglesias del Serrablo, en la provincia
de
Huesca. Estaba formado por dos naves, posiblemente a modo de dos
templos independientes. La nave sur se hundió y actualmente sólo se
conservan los primeros centímetros de sus muros, que nos permiten reseguir su
planta.
Esta nave era más estrecha que la del lado norte. Tenía planta
rectangular y estaba acabada por el este en un ábside semicircular. Por lo que se puede
deducir de los restos, se cree que se encontraba cubierta con una bóveda de cañón,
reforzada con dos arcos fajones, que se apoyaban en pilares adosados a los
muros laterales.
La nave que se ha conservado, fue reformada en el siglo XI adoptando la estética
lombarda. Tiene planta rectangular y está cubierta con una bóveda de cañón,
reforzada con tres arcos fajones. Al este está rematada por un ábside
semicircular, el suelo del cual está en un nivel superior a la nave. Este
desnivel se salva con tres escalones. El ábside está decorado externamente
con lesenas y arcos ciegos.
La decoración lombarda también la podemos encontrar en los muros norte y
oeste.
En el muro sur se abre una sencilla puerta de medio punto con el arco dovelado. Es de factura posterior al hundimiento de la nave sur,
lo que nos
hace pensar que este desgraciado accidente ya se produjo en la Edad Media. También
son de aquella época las dos ventanas de doble derrame, si bien una de
ellas ha sido profundamente restaurada últimamente. Curiosamente este muro es
el único que no tiene decoración. Esto nos hace pensar que la desaparición de
la nave fue posterior a la reforma lombarda.
En el muro oeste se abre la otra puerta de acceso. Está formada por un arco
de medio punto sobre el que encontramos una gran ventana en forma de cruz,
rehecha totalmente en la última restauración. La fachada está decorada con
un friso de arcos ciegos, que sigue la pendiente del tejado a dos aguas y por
dos lesenas esquineras. Corona este muro una sencilla cruz sita sobre el vértice
del tejado.
Pero sin duda el elemento más destacado del templo es su campanario de torre.
Está adosado al muro norte y pertenece al templo mozárabe del siglo X. Está
dividido básicamente en dos tramos. El primero lo forma un gran zócalo con
forma troncopiradmidal, de planta cuadrada. Sobre éste se levanta un piso dónde
se abrieron cuatro grandes ventanas de arco de medio punto con los montantes
muy adelantados, lo que les da un aspecto de arco de herradura.
Toda esta parte de la torre está construida de una manera muy sencilla con
bloques de piedra muy rústicos y que no fueron tallados, si no que fueron
simplemente partidos. Su distribución es totalmente irregular y están unidos
con abundante argamasa.
Durante la reforma que sufrió el templo en el siglo XI, se añadió un
piso más al campanario, siguiendo los cánones lombardos. Una ventana trífora se
abre en cada uno de los muros, enmarcada entre lesenas esquineras y un friso de arcos ciegos. La construcción se remata con un
tejado a cuatro aguas.
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