Provincia de Lleida
Santa Maria de Arties
(Naut Aran, Val d'Aran)
42º 41,871'N ; 0º 52,246'E
Iglesia del siglo XII, situada en la parte alta de la población de Arties.
Entre 1998 y 1999 se reforzó la bóveda principal y la estructura
para evitar que se desplomara.
El
edificio es de planta basilical de tres naves, encabezadas originariamente por
tres ábsides de los que hoy sólo se conserva casi intacto el del lado norte.
Está decorado con un friso ajedrezado y otro de arcos ciegos en su parte
superior.
Los arcos se apoyan en ménsulas, algunas lisas y otras con caras humanas
esculpidas.
En
la parte inferior del tambor absidal vemos una moldura decorada con bolas.
El
ábside sur ha sido rehecho en varias ocasiones como queda manifiesto en la
irregularidad de sus hileras de sillares.
Probablemente tenía una ventana de arco de medio punto monolítico en su parte
central como sucede en el ábside norte.
También había otra en el lado sur, donde podemos ver un sillar donde se talló
un arco de medio punto y parte de la jamba izquierdo.
Presenta también una decoración bajo el tejado con un friso ajedrezado y uno
de arco ciegos, que tienen las ménsulas decoradas con motivos geométricos.
En
el espacio que hay entre los arcos más próximos en el ábside central vemos
grabadas unas líneas inclinadas, mientras que entre los siguientes hay una
cruz.
Como en el caso del ábside norte, en la parte inferior del tambor absidal
había una moldura decorada con bolas, que sólo se ha conservado en el sector
más meridional.
El
ábside central fue derribado para construir una sacristía, que posteriormente
también fue eliminada, conservándose sólo el tramo presbiteral.
En
la última restauración se ha procedido a reconstruir el ábside central y dejar
testimonio del perímetro de la antigua sacristía.
En
la reconstrucción se han utilizado todos aquellos elementos que se conservaban
del ábside románico, como los arcos de las ventanas y pequeños fragmentos de
la cornisa ajedrezada.
La
ventana central presenta una interesante decoración donde vemos lo que parece
un caballo con una cruz, una flor circunscrita y otros motivos vegetales.
También se han conservado los arcos de las ventanas laterales, que en este
caso no presentan decoración.
Encima del ábside central encontramos tres ojos de buey, el central más grande
que los laterales.
Parece que también había otro ojo de buey encima de cada uno de los ábsides
laterales, que fue sustituido posteriormente por una ventana aputada.
La
nave central está cubierta con una bóveda de cañón, mientras que las laterales
lo están con bóvedas de cuarto de círculo.
Las tres están reforzadas por arcos fajones.
Las naves están separadas por arcos formeros de medio punto, que
descansan en pilares circulares.
Los tres ábsides están ocultos por la presencia de retablos barrocos en el
caso de los laterales y gótico el central.
El
retablo gótico del ábside central se realizó en el siglo XV y representa
diversas escenas de la vida de la Virgen.
Posteriormente, en época renacentista se modificó su estructura, añadiendo
elementos decorativos como columnas y un camarín para alojar la imagen de la
Virgen románica, tal y como podemos ver en esta imagen de Francisco Blasi,
hecha en 1925 y que pertenece al Archivo Fotográfico Centro Excursionista de
Cataluña.
En
los primeros compases de la Guerra Civil se decidió trasladar el retablo a
Lleida para garantizar su conservación.
Desgraciadamente en este traslado se "extraviaron" dos tablas correspondientes
a Pentecostés y la Ascensión de Cristo.
Esta última se localizó en el museo Maricel de Sitges y en el 2010, la
Diputación de Barcelona hizo una copia, que es la que se observa en el retablo.
Al
reconstruir el retablo se optó por eliminar los añadidos renacentistas y por
tanto salió a la luz la imagen central de la Virgen y el Niño, que había
quedado oculta por camarín de la talla románica.
Algunas de las columnas renacentistas aún se podían observar en un rincón del
templo en el año 2006. Desconocemos su ubicación actual.
También se desconoce cuál fue la suerte de la imagen románica de la Virgen.
En
el año 2006 se anunció a "bombo y platillo" que se habían localizado los dos
brazos de la antigua talla románica del Cristo Crucificado de Arties, que
también se perdió durante la Guerra Civil.
Algunas voces explicaban que se había quemado, mientras que otros la situaban
en una casa del pueblo.
Estos brazos fueron ubicados a ambos lados del retablo que hay en el muro
norte del templo.
En
la visita al templo que realizamos el verano de 2014 nos sorprendió ver que
los brazos ya no estaban ... Ni rastro.
Desgraciadamente tampoco podemos ofrecer más datos sobre su suerte.
Si
que se conserva en el templo una imagen de San Juan Bautista, datada en el
siglo XIII y que muestra ya el incipiente estilo gótico.
Fue hecha por el taller de Comenges y está policromada con tonalidades rojas y
doradas.
Sostiene con la mano derecha la imagen del Cordero de Dios.
También podemos contemplar en el interior del templo una mesa de altar,
situada debajo del coro.
A
su lado hay una interesante pila bautismal de forma rectangular, datada entre
los siglos XII y XIII.
En
la cara frontal vemos medias bolas, una cruz y una figura humana con los
brazos abiertos, como si estuviera crucificado.
También encontramos bolas en el lado derecho.
Posteriormente fue reutilizada para guardar el aceite.
El
altar principal está sustentado por un tenante del siglo XI.
Está formado por una columna monolítica lisa.
La
zona presbiteral y el primer tramo de la nave están decoradas con interesantes
pinturas murales.
Se
cree que fueron pintadas a mediados del siglo XVI.
En
el techo del presbiterio se representa a Dios Padre saliendo de las nubes en
una imagen imponente.
Le
flanqueaban los cuatro Evangelistas, los que desgraciadamente queda muy poca
cosa.
Unos años más tarde, en los alrededores del 1580, se decidió sustituir estas
imágenes por unas de similares pero más adecuadas al cambio estético que se
estaba produciendo con la entrada del renacimiento.
Por suerte, no se optó por pintar encima de las pinturas originales, si no que
se construyó una falsa bóveda de madera para alojar las nuevas imágenes.
Una vez restauradas, se conservan en el coro del templo.
También se forraron con madera los laterales del presbiterio, donde se
representaron escenas de la vida de San Juan Bautista.
En
el techo del primer tramo de la nave central encontramos uno de los mejores
conjuntos de pintura mural del Valle de Aran.
Representan el Juicio Final y fueron pintadas al tiempo que las primeras
pinturas del presbiterio.
En
la parte central vemos a Jesucristo volviendo a la Tierra para juzgar a las
almas, rodeado de un grupo de santos y santas y dentro de una nube.
A
su derecha, bajando por la bóveda y según el punto de vista del Cristo, se
representó el Cielo y a su izquierda el Infierno.
La
habilidad de este maestro es inferior al que decoró el presbiterio, como se
puede ver comparando los rasgos anatómicos del Padre y del Hijo.
Además, cometió el error de representar la espada y el lirio, que flanquean a
Cristo, en el lado equivocado.
Encontramos el lirio, es decir el premio para los virtuosos en el lado del
Infierno, mientras que la espada, símbolo del castigo por los pecadores, se
encuentra en el lado del Cielo.
En el
Infierno vemos un grupo de condenados dentro de una gran olla, sufriendo las
torturas propias de este lugar.
Otro grupo de condenados es conducido hacia la boca de Leviatán, donde ya hay
obispos, clérigos y reyes.
La
escena la contempla Satanás, rey de los demonios, sentado en su trono.
En
el lado del Cielo vemos un gran castillo, con elementos arquitectónicos
renacentistas, que representa la Jerusalén celestial.
San Pedro se encuentra ante la fortaleza, invitando a entrar a todos aquellos
personajes que están saliendo de las tumbas.
Jesús bendice a todos los que se acercan a la ciudad desde la torre central.
En
lo alto de la muralla vemos a un grupo de ángeles músicos.
Completa la escena San Miguel vestido con armadura y pesando las almas al
tiempo que somete al demonio.
En
las columnas más próximas al presbiterio se representaron a San Antonio
rodeado de demonios y a San Cristóbal ayudando a cruzar el río al Niño Jesús.
Durante el invierno de 2008 se restauraron otras pinturas murales, realizadas
con posterioridad y que decoraban las bóvedas de las naves laterales.
Su
estado de conservación es muy deficiente, debido a las humedades sufridas a lo
largo de los siglos.
Podemos ver una escena donde se representan las siete virtudes y también a
Lucrecia y a Tarquini.
También hay una escena de caza, la conquista de Túnez y una Santa Cena.
Desgraciadamente, a pesar del gran interés que tienen estas pinturas por la
original temática, la guía del sitio no hizo mención alguna ... Las pinturas,
de las que casi sólo se conservan los fragmentos que hay sobre los arcos
formeros, quedan ocultas por la existencia del coro desde el suelo de las
naves... de ahí que sólo podemos ofrecer la fotografía que corresponde a la
escena de la Santa Cena.
a
La
puerta principal, en contra de lo habitual, está situada en el muro norte.
Está formada por seis arcos de medio punto en gradación.
Algunos están decorados con ajedrezados o con botones.
Sus montantes están decorados con cilindros a modo de bordones.
Las arquivoltas están protegidas por un guardapolvo esculpido con un
ajedrezado que termina en dos ménsulas esculpidas con cabezas humanas.
En
uno de los sillares que hay en el lado derecho de la puerta, está grabada la
figura de un pájaro.
También encontramos un sillar grabado en el interior del templo.
En
este caso encontramos una cruz circunscrita, rodeada de unos motivos que
parecen corresponder a unos reptiles.
En
el muro sur también se abre una pequeña puerta que comunica con el cementerio.
Está formada por tres sencillos arcos de medio punto en gradación.
En
el muro sur encontramos algunas de las ventanas más interesantes del templo.
Están en los sector más cercano a la cabecera.
Una es de factura románica, mientras que el otro corresponde al estilo gótico.
El
primero de estos ventanales mantiene características similares a la que
encontramos en la parte central del ábside principal.
Está formada por un arco de medio punto monolítico y decorado con motivos
vegetales.
La
otra ventana fue añadida en época gótica y recientemente ha sido restaurada,
para dotarla de una imagen lo más parecido posible a la original.
Está formada por tres arcos apuntados en gradación, que rodean a un pequeño
rosetón, parcialmente reconstruido.
Estos arcos todavía presentan parte de la decoración pictórica con que estaban
decorados externamente.
Con tonos rojizos se representaron diversos motivos de tipo geométrico.
Rodea el conjunto un guardapolvo ajedrezado.
Los tres arcos descansan en parejas de columnas, que tienen sus capiteles
decorados con motivos vegetales.
Esta misma estructura decorativa la podemos encontrar en la cara interior de
la ventana.
En
este lado de la ventana se conservan unas interesantes bases de columnas,
decoradas con entrelazados.
En
el muro norte, actualmente cegada y sólo visible desde el interior, se puede
ver una ventana románica.
El
tejado a dos aguas del templo se apoya por el lado de mediodía en una cornisa
sostenida por canecillos.
Estos están decorados con cabezas de animales, como simios, perros o felinos y
cabezas humanas.
En
el muro norte, en cambio, el tejado se apoyaba en un friso de arcos ciegos, de
los que sólo se conserva la parte más cercana al presbiterio.
Estos arcos se apoyaban en ménsulas esculpidas.
La
construcción de contrafuertes y otros refuerzos para el muro norte han hecho
que se perdieran algunos de ellos.
En
cambio, se han conservado buena parte de las ménsulas de la parte más
occidental del muro.
Están decoradas mayoritariamente con cabezas humanas.
En
diversos lugares del templo podemos ver sillares reaprovechados, que presentan
decoración a base de ajedrezados.
También hay uno junto a la ventana gótica con un extraño grabado.
La
torre de campanario, de planta cuadrada, tiene cinco pisos de altura y una
cubierta piramidal.
Fue levantada entre los siglos XIII y XIV y por tanto ya muestra una clara
transición hacia el gótico.
Está adosada al muro oeste.
En
su robusta estructura abren varios ventanales apuntados en cada lado: tres en
el último piso, dos en el cuarto y uno o dos en el tercero.
En
la parte de la cabecera encontramos otro campanario, en este caso de espadaña
y dos ojos, sobre los que hay una pequeña abertura en forma de cruz.
Ante la portada de acceso al templo encontramos los restos del castillo de
Arties, del que sólo queda en pie una torre semicircular, un fragmento de
muralla y la base de una torre rectangular.
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