El castillo de Mirambell aparece documentado por primera vez en el año 1039 en el testamento de la vizcondesa de Osona y Cardona Engúncia, como una posesión de esta familia. A mediados del siglo XII sabemos que el castellano era Berenguer Sendred, al que posteriormente sucedió su hijo Arnau. De esta manera encontramos documentada la estirpe Mirambell a partir del 1170.

Desgraciadamente quedan en pie pocos restos de esta fortificación y hace pocos años a "alguien" se le ocurrió la brillante idea de instalar en su interior un gran depósito de agua... Esto impide su correcta contemplación, documentación y por supuesto su excavación. Una verdadera lástima.

Temía planta poligonal, de la que sólo se conservan tres lados, con una altura aproximada de tres metros y medio. Sus muros tienen un grosor de casi un metro y medio.

En el extremo sur están los restos de una torre circular, anterior al resto del castillo. Probablemente fue eliminada entre los siglos XII y XIII, cuando se construyó la actual fortificación.

A los pies de la colina donde se alza el castillo y el pueblo de Mirambell, se encuentra la antigua parroquia de Sant Pere, actualmente cumpliendo funciones de capilla del cementerio.