Los orígenes de esta iglesia se remontan al año 921, cuando se fundó en este lugar un monasterio femenino. La comunidad estaba dirigida por Xixilona, hermana de Emma, abadesa de Sant Joan de les Abadesses, del que dependía el cenobio de Santa María.

A la muerte de Xixilona, según Paz Parassols, todos sus bienes pasaron a su hermano Sunyer, que suprimió su vida monástica. No hay ninguna documentación que avale esta teoría, ni que la desmienta, pues no hay ningún documento que hable de este monasterio hasta el siglo XII, momento en que se construye un nuevo templo.

Ya en el siglo XIII, Santa María del Camí desarrollaba tareas de hospital, atendido por unas donadas y cofrades.

La vida monástica se acabó definitivamente en el siglo XIV. En 1307 el obispo Ponç de Gualba visitó el cenobio, entonces habitado por dos monjas y decidió cerrarlo, debido al deficiente mantenimiento y de diversas irregularidades en la vida monástica.

En la actualidad sólo se conserva la iglesia del siglo XII, que es de propiedad privada.

El templo tiene una sola nave, acabada al este con un ábside de planta rectangular.

La cabecera está iluminada por una ventana de medio punto, con el arco monolítico.

La bóveda de la nave es de cañón ligeramente apuntada. A pesar de tener unos muros laterales de aproximadamente un metro y medio de espesor, el peso de la torre provocó una inclinación de estos, poniendo en peligro la estabilidad del edificio. Actualmente unos tensores evitan que se separen aún más y de esta manera mantengan en pie la cubierta.

Se accede al templo por una puerta abierta en el muro sur. Está formada por dos arcos de medio punto en gradación, entre los que encontramos una arquivolta, que se apoya en dos columnas.

La arquivolta está decorada con un entrelazado de bella factura. Sin embargo, los bloques que la forman, fueron esculpidos independientemente y no encajan exactamente sus motivos esculpidos.

Los capiteles de las columnas decorados son la parte más más interesante. En el lado izquierdo vemos una cabeza humana coronada en cada una de las caras del capitel. A su alrededor encontramos diferentes elementos vegetales. El capitel del lado izquierdo también tiene cabezas esculpidas en la parte superior, si bien en esta ocasión se trata de felinos. De su boca salen dos grifos. Completan la escena dos aves, que picotean una piña, muy desgastada, que había en la arista. En los espacios vacíos del capitel se pueden ver esculpidos algunos entrelazados. En la parte superior, aunque de manera fragmentada, se puede apreciar la inscripción SC María, en alusión a la titular del templo.

En algunos puntos de la cornisa, aunque muy erosionados, se pueden ver elementos esculpidos. Encima de la puerta de entrada hay una cabeza de buey, una humana1 con los ojos rasgados, un cubo con entrelazados y tres semicírculos concéntricos de los que salen unos rayos. En el inicio del ábside se puede ver una cara alargada junto a una piña y tres formas concéntricas dentro de un arco apuntado. Se cree que podrían haber sido reaprovechados de una construcción anterior.

En el interior del templo se conserva la lápida funeraria de Xixilona, hija del conde Guifred el Pilòs y primera abadesa de Santa María del Camí. Se realizó aprovechando el antiguo cancel visigótico. El actual soporte permite visualizar las dos caras. La más interesante es la del cancel, hecho en la segunda mitad del siglo VII. Está decorada con motivos geométricos y de tipo vegetales.