Provincia de Barcelona


Santa Maria de Lluçà
(Lluçà, Osona)





Pinturas

Én 1954 se descubrieron unas interesantes pinturas al fresco, situadas en el espacio que hay debajo del coro. En el momento de la construcción de la actual fachada barroca, se rebozó este sector del templo, ocultando así las pinturas. En 1961 se arrancaron y colocaron sobre tela, para salvarlas de la humedad y proceder a su restauración. Una vez finalizado todo este proceso, las pinturas volvieron al monasterio, donde actualmente se conservan.

Fueron pintadas entre los años 1349 y 1370, en una época de penurias en Cataluña. Es por este motivo que nos encontramos ante uno de los pocos ejemplos de pintura catalana donde se muestra el paso del románico hacia las formas góticas, claramente italianizantes.

Se han conservado básicamente siete fragmentos, de dimensiones muy desiguales. En la parte central de la bóveda se encontraba el pantocrátor. Un gran Cristo en Majestad nos bendice desde las alturas. En la otra mano sostiene una gran bola del mundo. A su alrededor encontramos el Tetramorfos.


A la derecha de Cristo se pintaron varias escenas de la vida de Cristo, distribuidas en dos registros.


Las dos primeras escenas, situadas en el ángulo superior izquierdo, representan la Visitación y el Nacimiento de Cristo.


A su lado se representó la Epifanía, con los Tres Reyes adorando al Niño Jesús.


A continuación encontramos dos escenas más, pero de las que sólo se ha conservado la parte inferior. En la primera vemos las patas de un caballo y las piernas de una persona. Sobre el caballo se vislumbra una túnica, que podría ser la de María. Todo parece indicar que se trata de la Huida a Egipto.


La otra escena resulta más complicada de interpretar y se desconoce que representaba. Se puede ver a un personaje sentado y otro arrodillado, que con los brazos estirados se acerca hacia él.


El registro inferior se inicia con el beso de Judas y la flagelación de Cristo.


La siguiente escena representa el Descendimiento de la Cruz


La narración continúa con la Resurrección de Cristo.


La última escena representa Pentecostés.


A la izquierda del Pantocrátor, también distribuido en dos registros, se encontraba el fragmento donde se representan básicamente escenas de la vida de San Agustín.


La primera imagen no corresponde a la vida del Santo. Está muy fragmentada y se cree que podría representar el árbol del Paraíso. A su lado encontramos un obispo practicando un bautizo. La siguiente escena está presidida por el patrón de los canónigos, vestido como doctor de la Iglesia.


La última escena de este registro superior está dedicada a la construcción de un monasterio, donde vemos a un cantero y los maestros de obras, que están levantando un templo. En la parte más izquierda vemos a san Agustín hablando a unos canónigos. A su lado un novicio toma los hábitos.


En el registro inferior encontramos una escena incompleta, probablemente de la Pasión de Cristo y la Crucifixión.


A continuación se representan dos escenas de la vida y milagros de San Agustín.


En dos fragmentos, que recorren la forma curvada del coro, vemos a una persona agachada que sostiene un garrote y San Jorge matando al dragón.


En otro fragmento de pintura mural, extraída de uno de los laterales de debajo del coro, vemos a un ángel que sostiene tres lirios.


Otro fragmento representa a un joven que está de pie, junto con una dama arrodillada. Ambos están orando ante un altar. Algunas fuentes creen que podría tratarse de algunos benefactores del templo, que habrían pagado las pinturas, mientras que otros estudiosos afirman que la dama podría ser Santa Mónica.


En el mes de octubre de 1991 se descubrió en esta sala un capitel, que ahora se expone en una de sus esquinas.