Provincia de Barcelona
Basílica de Santa María
(Vilafranca del Penedès, Alt Penedès)
41º 20,819'N ; 1º 41,830'E
Las primeras noticias fidedignas que encontramos sobre el templo de Santa
Maria de Vilafranca datan del año 1187, cuando aparece citada en el testamento
de Pere de Vilafranca. Algunos estudiosos creen que la iglesia de Santa Maria
fuera de Muralla, que se menciona en el acta de consagración de Sant Miquel
de Olèrdola del año 992, podría ser este templo.
En 1188 el rey Alfonso I donó a la iglesia de Vilafranca el derecho de las
notarías de la villa y de todo su término. Esto y el hecho que Vilafranca se
convirtió en alojamiento real, cuando los monarcas estaban de paso por el Penedès, hizo que el poder de la villa y de su iglesia aumentaran
considerablemente. Esto desencadenó en la construcción de un nuevo templo, más
adecuado al nuevo estatus de Vilafranca. La primera piedra se colocó en el mes
de mayo de 1285. Las obras de construcción se prolongaron hasta el año 1484,
momento en que fue consagrada.
Se trata del primer edificio parroquial construido íntegramente en estilo
gótico de Cataluña. Está formada por una amplía nave, dividida en cinco
tramos y acabada en un ábside poligonal, siguiendo el esquema habitual del
gótico catalán.
Los nervios de las bóvedas de crucería descansan en columnas adosadas a los
grandes contrafuertes de los muros laterales. El espacio existente entre los
contrafuertes se aprovechó para construir capillas laterales, cubiertas con
bóvedas de cañón apuntadas e iluminadas por grandes ventanales. Sus vitrales
son de mediados del siglo XX, debido a que los originales se perdieron el año 1934 en un
incendio.
Su fachada actual es de estilo neogótico y fue construida el año 1905 ,
sustituyendo a una galería porticada renacentista. También se construyeron las
dos torres que la flanquean y se agrandó el rosetón que la preside.
Hasta aquel momento la entrada principal era la que está situada ante la
actual calle de Santa Maria. Antiguamente era conocida como puerta de los
curas.
Es del siglo XIII y muestra la transición entre el románico y el gótico. Sus
formas, con arquivoltas de medio punto, todavía nos recuerdan la construcción
románica, pero la delicadeza de sus trazos y su decoración son claramente góticos.
En algunos puntos, si bien muy detoriodada, todavía se conserva la policromía
original.
Bajo el presbiterio se construyó el año 1561 una cripta para acoger el Santísimo Sacramento, pero desde el año 1700 acoge
las reliquias de Sant Fèlix, patrón de la ciudad. El actual altar de Sant Fèlix y el grupo
escultórico del Entierro de Cristo son obra del escultor Josep Limona y
fueron donados por el obispo Torras i Bages.
También se añadió a la obra original la torre campanario, situada junto a la
cabecera y que es una obra del siglo XIX.
En 1920, el papa Benedicto XV le otorgó la categoría de Basílica Menor.
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