Las primeras noticias de este templo datan del año 933, cuando el conde Sunyer lo puso bajo la tutela del monasterio de Santa Maria de Ripoll, junto con las iglesias de Santa Maria , Sant Martí y Sant Pere. Posteriormente pasó a depender del monasterio de Montserrat dónde está ubicada.

Entre los siglos XV y XVI fue utilizada como hospital de peregrinos y posteriormente se convertió en capilla del cementerio.

Durante la Guerra del Francés se utilizó como polvorín, lo que provocó numerosos destrozos.

Está formada por una sola nave de pequeñas dimensiones, acabada en un ábside semicircular. Este es liso y tiene una ventana abocinada en el centro. La nave está cubierta con una bóveda de cañón.

La puerta de acceso se encuentra en el muro oeste. Está formada por un sencillo arco de medio punto. Sobre ella encontramos tres aperturas que tienen también arcos de medio punto. La central es una ventana con una verja de factura moderna. Las otras dos, se practicaron posteriormente y servían para acoger alguna imagen de santos, probablemente los titulares del templo. El campanario de espadaña de un solo ojo es moderno.