Provincia de Lleida


Castillo de Llordà
(Isona, Pallars Jussà)

42º 06,976'N ; 1º 05,444'E   




Las primeras noticias que tenemos de esta fortificación datan del siglo X, a pesar que el edificio actual corresponde al siglo XI. A principios de este siglo, los condes de Urgell, Eremengol II y Constanza, vendieron a Arnau Mir de Tost una serie de bienes, entre los que se encontraba el castillo y la iglesia de Sant Sadurní de Llordà. A la muerte de éste, el castillo y el templo volvieron a manos de los condes.


El conjunto lo formaban tres recintos fortificados, de los que sólo quedan dos y la iglesia. El recinto más exterior ha desaparecido casi por completo y sólo se conservan escasas trazas de su perímetro.

El segundo recinto o recinto inferior tiene planta triangular, adaptándose al terreno.


Se conserva parte de la torre norte, de planta cuadrada y recientemente reconstruida en su parte superior, tal y como podemos comparar en las fotografías del 2006 y del 2014. Conserva algunas aspilleras.


Se accede a la torre por una puerta de medio punto abierta en el muro este. En esta misma pared, pero en un nivel superior, encontramos otra apertura, que probablemente permitía el acceso a un camino de ronda.


Adosada a la torre encontramos una gran sala rectangular, que ha perdido su cubierta y espera a que un equipo de arqueólogos continúe el trabajo iniciado hace unos años, pero que la vegetación se ha encargado de volver a dejar oculta.


En el muro oeste encontramos tres pilastras rectangulares, que debían servir de soporte de los arcos que reforzaban la cubierta. En un nivel superior se abren tres ventanas de un solo derrame, resueltas en el exterior mediante una aspillera. La más meridional ha sido reconstruida.


La torre sur está derruida casi por completo.


En el recinto superior encontramos el gran edificio señorial, muy reconstruido y convertido en museo en las últimas campañas de excavación y restauración.


Accedemos a este recinto noble por una puerta de medio punto dovelada, adosada al ángulo noroeste del gran edificio. Por un estrecho pasillo descubierto accedemos a un pequeño patio trapezoidal donde se encontraban las estancias del servicio y la tropa.

Desde este patio se accede al edificio señorial, que tenía dos plantas. En el piso inferior encontramos una gran sala, cubierta con bóveda de cañón reforzada por dos arcos fajones y que tiene ocho ventanas de un derrame, que exteriormente tienen aspecto de aspillera.


En el extremo sur de la sala encontramos un arco de medio punto que nos comunica con una estancia rectangular y cubierta con una bóveda de cañón totalmente reconstruida.
El piso superior lo ocupa una gran sala con ventanas geminadas, reconstruidas y un segundo nivel de ventanas de medio punto. El techo, que era de envigado de madera se hundió y lo que podemos ver actualmente responde a una restauración.


Se desconoce si el edificio tenía una azotea o bien una cubierta a dos aguas.


No podemos ofrecer imágenes del interior del edificio, pues en el momento de nuestra visita se encontraba cerrado, pendiente de hacer nuevas intervenciones arqueológicas y de consolidación.