Cerca del portal de Graells y en la calle que lleva el mismo nombre, encontramos un gran casal gótico. Tiene una planta casi rectangular, con una longitud de unos 22 metros y unos 5 de ancho. Está formado por tres pisos, con una altura total de 12 metros.

En el piso inferior se abren tres grandes portales dovelados de medio punto. No está claro que los tres fueran originales, pues resulta extraño disponer de tantos accesos en un edificio de estas características.

También encontramos varias aspilleras en este nivel.

En el segundo nivel, o planta noble, se abrían cuatro grupos de ventanas tríforas. La del lado derecho fue suprimida para convertirla en un balcón.

Las otras tres han sido restauradas en los últimos años, pues algunas habían sido cegadas.

En el piso superior encontramos dos ventanas bíforas con arcos trilobulados en los extremos, mientras que en la parte central hay cinco grandes arcos apuntados de perfil rebajado.

Interiormente el edificio está dividido en dos unidades independientes: una que ocupa las tres cuartas partes de la izquierda y otra que ocupa la cuarta parte situada más a la derecha. Esta última parte es de titularidad particular y por este motivo ha sido muy alterada a lo largo de los años y no se ha podido estudiar. Parece que tenía la función de torre, a pesar de no destacar de la fachada.

El otro espacio es actualmente de titularidad pública y es la sede del archivo histórico-administrativo, eclesiástico y ducal de la villa de Cardona. Ambos espacios sólo se comunican mediante una puerta situada en la planta noble y actualmente inutilizada.

Aparte de la división entre estos dos espacios, se cree que el resto de salas eran diáfanas. Sólo hay un pequeño recinto en el extremo meridional de la planta baja, cerrado por arcos apuntados. Antes de la restauración del edificio no se encontró ninguna escalera que comunicara las plantas, lo que hace suponer que eran de madera, como la división entre los diferentes niveles.

En la tercera planta se conservan unas pinturas de estilo gótico lineal, datadas entre finales del siglo XIII y principios del XIV. La decoración se divide en dos registros. En el inferior podemos ver unos cortinajes. Encima vemos una cenefa decorada con un grupo de caballeros montando sus caballos.

El hallazgo de estas pinturas eclipsó otro hallazgo en la segunda planta del edificio. Se trata de un grafito de unos 20 centímetros de altura de un águila antropomorfa. Algunos estudiosos han querido ver una imagen de un elemento del bestiario catalán, pues el águila formaba parte del bestiario de la villa de Cardona. De ser cierta esta teoría, podría tratarse de la representación más antigua de este tipo de personajes, tan característicos de las fiestas populares catalanas.