Fue edificada en el siglo XII, junto a la muralla del primer recinto fortificado de la ciudad. Es por este motivo que su torre de campanario fue utilizada como torre de defensa. De ahí su nombre, por que estaba situada junto a la Puerta Nueva de la ciudad. 

Se empezó a edificar en 1172, si bien no se finalizó hasta bien entrado el siglo XIII. El interior fue remodelado en época gótica, cuando se construyeron dos grandes arcos que sustentan el entramado de madera mudéjar y dividen el templo en tres naves. La cabecera está formada por tres ábsides cuadrados.

En el año 1559 se derrumbó la torre de campanario, que cayó sobre la nave destruyéndola parcialmente.

Lo más destacado de todo el edificio es la portalada sur. Está enmarcada entre dos columnas que llegan hasta la cornisa del tejado.

Está formada por tres arquivoltas decoradas con una flor en cada dovela. Las dos más exteriores descansan en seis columnas, cada una con capiteles decorados con motivos vegetales.

Corona la portalada un rosetón formado por ocho pequeñas columnas radiales, que se unen mediante arquillos de medio punto. En el círculo central, dónde convergen las columnas, podemos encontrar una cruz de Malta.

En el muro norte también hay una portalada de características similares, si bien mucho más modesta y actualmente tapiada.

En el lado derecho de la puerta de acceso, en el ábside sur, encontramos una ventana ricamente decorada con arquivoltas esculpidas con motivos de zig-zag y capiteles esculpidos con motivos vegetales.

En el muro norte también hay una portalada de características similares, si bien mucho más modesta y actualmente tapiada.

En el muro oeste encontramos otra puerta de acceso, flanqueada por dos torres. En su interior tienen una escalera de caracol, que permitía subir a las tropas hasta la cubierta del templo, para una mejor defensa.