Las crónicas nos dicen que fue construido por Alfonso II de Asturias, si bien no se ha conservado ninguna evidencia de esta construcción. Si que tenemos algunos vestigios de un castillo construido a mediados del siglo XI, por lo tanto habría sido edificado por Fernando I de León. Este monarca unificó el condado de Castilla con el reino de León y por ello el puesto de Zamora se constituyó en uno de los puntos estratégicos para la expansión hacia los territorios musulmanes, consolidando así la posición del nuevo reino.

Felipe V lo hizo reformar, reforzando sus muros para adaptarlos a las necesidades de la artillería.

Tiene planta romboidal y está configurado en dos recintos fortificados, que se adaptan a la morfología del terreno.

El exterior conserva aún algunas pequeñas aberturas de la época tardo-románica. La más conocida era la de Santa Colomba, hoy cegada. Esta puerta formaba parte del primer recinto de murallas de la ciudad .

El segundo recinto tiene dos torres en los extremos norte y sur de planta pentagonal. El grueso de sus muros es superior a los dos metros.

Cerca de la puerta de acceso encontramos la torre del homenaje de planta heptagonal.

Esta torre está dividida externamente en tres niveles mediante impostas. La más baja tiene decoración a base de medias bolas y la superior es lisa. En ambos casos se han reconstruido en las últimas obras de restauración, tal y como podemos ver en la comparativa de imágenes.

El perímetro del castillo estaba protegido por un importante foso.

En el sector sureste del castillo están los restos de dos salas del siglo XIII, que estaban cubiertas con una bóveda apuntada y apoyada en arcos torales.

El interior del patio de armas se reformó completamente en 1704.

Al desaparecer las necesidades militares del recinto, en el siglo XIX, se utilizó como prisión y luego como sede de la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Zamora y posteriormente como sede de la Escuela Oficial de Idiomas, que ocupó el espacio interior hasta el año 2007.

En el año 2009 finalizaron unas obras de restauración, consolidación y eliminación de las construcciones añadidas en el siglo XIX, con el objetivo de poner en valor esta fortificación. Durante las excavaciones arqueológicas se encontraron objetos que indican que el lugar ya estaba poblado en la edad de bronce.

 

También durante esta campaña de excavaciones se descubrió un fragmento de un muro andalusí.

El acceso principal se encuentra en el sector este.

Aún se conservan restos de la estructura que hacía funcionar el puente levadizo y que permitía el acceso a una puerta de arco apuntado.

Protege la puerta un matracán de dos arcos.