Castilla y León - Provincia de Soria
Muralles
(Almazán)
41º 29,204'N ; 2º 31,974'O
En 1088 Abderraman III fundó la villa de Almazán. A pesar de todo, el dominio
musulmán duró poco tiempo, pues diez años más tarde era abandonada y
destruida antes que Alfonso VI la conquistara. A principios del siglo XII
Almazán adquiere protagonismo, al convertirse en una plaza estratégica en la
frontera entre Castilla y Aragón.
En el año 1128 Alfonso I de Aragón se refugia en la población en su lucha contra Alfonso VII de Castilla y decide fortificarla. Las hostilidades entre los dos
reinos por dominar esta villa se prolongaron durante los siguientes años, a los que se
añadieron los ataques de Sancho el Fuerte, rey de Navarra, en el año 1196. A
finales del siglo XIII son especialmente violentos los ataques entre Sancho de
Castilla y Pedro II de Cataluña i III de Aragón).
En 1296 la familia de los Cerda conquistan Almazán y crean una corte propia,
sin querer devolver la villa a las tropas castellanas hasta el año 1305. Estos
nueve años son muy turbulentos y la villa se empobrece.
A mediados del siglo XIV Pedro I el Cruel de Castilla instala su corte en la
población por frenar las incursiones de los Trastámara desde Aragón. Al morir
el rey castellano se concede la villa a los Beltrand Duguesclin como pago por
sus servicios en favor de Enrique de Trastámara.
En 1375 se firma un tratado entre Castilla y Aragón conocido como "la Paz de
Almazán". Veinte años más tarde se cede a la familia Hurtado de Mendoza el
control sobre la villa. Años más tarde, ya en el siglo XV se abandona el
castillo para construir un nuevo palacio ante la iglesia de San Miguel, el
actual Palacio de los condes de Altamira. Esto provocó el progresivo deterioro del castillo, hasta su completa desaparición en el siglo XIX.
Las murallas de Almazán fueron destruidas parcialmente durante la guerra de la
Independencia por el general Durán para que no las pudieran utilizar los
franceses. Por suerte las puertas se conservaron.
Actualmente podemos ver algunos fragmentos de muralla, algunas torres y tres
de las cinco puertas que tenía la población.
La Puerta del Mercado era la más próxima al castillo y por lo tanto la más
importante de todas. Destaca por su imagen robusta con dos torres de planta
rectangular que flanquean la puerta formada por una arco apuntado. Sobre ella
hay uno matracán, oculto desde el exterior.
La Puerta de la Villa está situada cerca de la iglesia de
San Miguel.
También es conocida como Puerta del Reloj y da paso a la Plaza Mayor. Como la
Puerta del Mercado está flanqueada por dos grandes torres, en este caso
circulares.
La misma forma tiene la Puerta de los Herreros, en el sector sureste de
la villa.
Destaca la decoración que tiene esta torre en su interior. Podemos ver a
cada lado del arco unas molduras decoradas con bolas.
También se
conservan dos portones: el de Santa María y el de San Miguel, conocidas así por
estar al lado de los respectivos templos.
El Rollo de las monjas es un baluarte defensivo situado al noroeste.
Está formato por una torre circular coronado con un matracán.
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