Castilla y León - Provincia de Segovia
Iglesia de San Justo
(Segovia)
40º 56,819'N ; 4º 6,839'O
Iglesia de una única nave construida en el siglo XII. Es un templo sencillo,
que no destaca especialmente por su exterior. Sólo nos llaman la atención la
bella torre de campanario y las arquivoltas decoradas de la fachada. Este
modesto templo tiene escondidas en su interior dos joyas del románico: las
pinturas murales que decoran el ábside y la talla del Cristo de los
Gascones. En siglos posteriores se le añadieron algunas capillas laterales.
Durante las tareas de limpieza del ábside, que se llevaron a cabo durante
la década de los setenta del pasado siglo, se descubrieron unas pinturas
murales muy interesantes datadas en el siglo XII. Tienen una clara influencia
oriental, como queda patente en la figura central del pantocrátor. Este está
separado por la mandorla de los veinticuatro ancianos de la Apocalipsis. Una
segunda mandorla los separa de las imágenes del Tetramorfos.
En el centro del ábside se abre una ventana de medio punto, flanqueada por las escenas de la Crucifixión, a la izquierda, y del
Descendimiento de la Cruz, a la derecha. Esta última escena no la pudo
terminar el maestro
pintor, según podemos ver escrito en el ábside. Así pues,
En la bóveda presbiterial todas las escenas están distribuidas alrededor de la
imagen del Cordero, del Agnus Dei. Las dos escenas más próximas son de difícil interpretación
y los entendidos no se ponen de acuerdo sobre que quieren decir. Por debajo
tenemos la escena de la Última Cena y la del beso de Judas en el Huerto de los
Olivos.
En el intradós del arco triunfal están representadas escenas de Adán y Eva,
así como algunos animales y bestias salvajes.
Cerca de la cabecera podemos encontrar una puerta que comunicaba el templo con
la torre. Es una pequeña apertura de medio punto dónde encontramos un tímpano
esculpido y con restos de policromía. En él se puede ver a una reina, que se
encuentra acompañada por dos damas, un obispo y un personaje que está con un
incensario ante un sepulcro. Todo el conjunto está rodeado por un arco
esculpido con motivos de entrelazados geométricos y un guardapolvo decorado con
tablero de jaques.
Otra de las joyas que podemos contemplar en el interior del templo es Cristo
de los Gascones. Se trata de una talla de finales del siglo XII o principios
del XIII que se utilizaba para las representaciones litúrgicas de la Semana
Santa. Gracias a los mecanismos de articulación que tiene, se podía
representar la escena del Descendimiento de la Cruz.
La torre, de planta cuadrada, es una de las mejores conservadas de la ciudad.
Tiene tres cuerpos. En el superior podemos encontrar dos ventanas de medio
punto en cada muro. En el segundo piso se repite la distribución de las
ventanas, pero en este caso están cegadas. El tejado es de factura posterior,
así como las pequeñas ventanas que hay justo debajo.
El ábside semicircular. es muy simple y sin decoración. Únicamente encontramos
dos frisos de dientes de sierra bajo el tejado.
La puerta principal está formada por tres arcos de medio punto. El más
exterior y el más interior están decorados con flores esculpidas y nos
recuerda mucho a la portalada del templo de
San Quirce . La arquivolta
central está apoyada en dos columnas con los capiteles esculpidos.
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