Castilla y León - Provincia de Salamanca
Iglesia de Santo Tomás Cantuariense
(Salamanca)
40º 57,609'N ; 5º 39,611'O
Templo edificado el año 1175 en el barrio conocido como de los portugueses, en
honor a Santo Tomás Becket, arzobispo de Canterbury y que había sido asesinado
cinco años antes. Fue el primer templo erigido en honor a este santo en todo
el territorio cristiano.
El templo está formado por una nave rectangular acabada en un transepto,
dotándolo de planta de cruz latina. El crucero está cubierto con una bóveda de cañón
apuntada, mientras que la nave tiene cubierta de madera. En el crucero
encontramos una bóveda soportada por ocho nervios, apoyados en ménsulas que
tienen grandes cabezas humanas esculpidos.
En el transepto se abren tres ábsides semicirculares, a través de tres arcos
apuntados. El central es de mayores dimensiones y está dividido externamente
por tres contrafuertes, que llegan hasta la cornisa, apoyada en
canecillos esculpidos. En el espacio central se abre una ventana de medio punto
protegida por una arquivolta, apoyada en un par de columnas con los capiteles
esculpidos con motivos vegetales.
En el centro de los ábsides laterales encontramos una ventana de similares
características.
En el tramo presbiterial del ábside central encontramos dos arcos ciegos,
que se apoyan en columnas con los capiteles de tipo vegetal. En el interior
del arco del lado norte encontramos una rosa de diez pétalos dentro de un
disco con radios curvados. En el del lado sur, en cambio, hay una cabeza
humana muy erosionada. En el muro sur del transepto encontramos un arco de
características similares.
La decoración exterior del templo se completa con los canecillos esculpidos dónde se apoya la cornisa en forma de moldura.
En el muro norte, bajo un tejaroz, apoyado en siete canecillos, se abre la
puerta original. Está formada por dos arquivoltas apuntadas y decoradas con bocel, que se apoyan en dos pares de columnas con los capiteles esculpidos
con motivos vegetales.
En el siglo XVI se añadió un campanario de torre a los pies de la nave. En el
muro oeste se abrió la actual puerta de acceso.
Con respecto a la decoración interior del templo destacan las impostas que
recorren todos los muros, que están esculpidas con motivos vegetales y los
capiteles de los crucero, también de tipo vegetal a excepción de uno que es
figurativo. Este representa una escena de lucha entre un caballero cristiano y
uno musulmán.
Durante las últimas obras de restauración se descubrió un fragmento de pintura
mural del siglo XIV, donde se representa a Santo Tomás de Canterbury.
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