Reino de Navarra
Santa Maria la Real
(Sangüesa)
42º 34,636'N ; 1º 17,106'O
Edificada junto la Rúa Mayor que recorren los peregrinos camino de
Compostela. Antes de edificar el templo actual, ya existía una edificación
religiosa en este lugar. Concretamente se trataba de una capilla dedicada a la
Virgen Maria, que formaba parte del Palacio Real. Esta fue donada por Alfonso el
Batallador en 1131 a los caballeros de San Juan de Jerusalén. Al poco tiempo
se empezó a edificar la iglesia de Santa Maria la Real.
Situada junto al río Aragón, cumplió funciones defensivas. Incluso durante
las guerras civiles del siglo XIX, que causaron muchos destrozos. A inicios
del siglo XX fue restaurada.
Lo más destacable del templo es su espectacular portalada meridional. Su temática
principal habla del Juicio Final y el triunfo de Cristo. Alrededor de una amplía
puerta y en un cuerpo sobresalido y enmarcado por dos contrafuertes, se
organizan los elementos decorativos en dos cuerpos claramente diferenciados.
En el inferior encontramos la puerta con tres arquivoltas apuntadas y ricamente
decoradas. Pese al apuntamiento del arco, la decoración tiene trazas
claramente románicas. En la arquivolta interior podemos encontrar imágenes de
los Apóstoles y de Profetas. La segunda está dedicada a oficios (acróbatas,
músicos, guerreros, ...). Las arquivoltas están sustentadas en seis
columnas-estatua. Destaca la serenidad de sus rostros y la armonía de sus túnicas.
Las imágenes del lado izquierdo representan a las tres Marías, mientras que
las de la derecha nos muestran a San Pedro, San Pablo y a Judas colgándose
(una imagen única, puesto que no se conoce ninguna otra talla que represente
este momento de la vida de Judas). A pesar de todo está muy deteriorada. En
el libro que sustenta la Virgen Maria podemos leer "MARIA MATER XPI
LEODEGARIUS ME FECIT", (Maria, Madre de Cristo. Leodegarius me hizo).
De este modo
El tímpano también está ricamente decorado. Está dividido en dos
secciones. En la inferior podemos ver a los apóstoles bajo arquillos de medio
punto. La Virgen con el niño están en medio de todos los apóstoles. Encima
de la imagen de la Virgen encontramos a Cristo presidiendo en majestad. Está
rodeado de cuatro ángeles que tocan unas trompetas. Alrededor de Cristo, Juez Supremo, podemos encontrar a los santos y
a los pecadores que son
convocados al Juicio Final. El Arcángel San Miguel se encarga de pesar las
almas y aquellos que no merecen ir al Paraíso los podemos ver desnudados y
rodeados de monstruos.
Por sobre las arquivoltas podemos encontrar infinidad de imágenes de
diferentes temáticas que llenan los espacios vacíos del muro, creando una
sensación realmente interesante. Se cree que provenían de diferentes lugares
del antiguo templo y fueron colocadas en este punto para enriquecer la portalada. Entre
las historias que podemos encontrar hay una saga escandinava que narra la
historia del héroe Sigrud, la espada del cual fue forjada por el herrero
Rieguen y que sirvió para derrotar al dragón Fafner.
Una moldura de motivos vegetales separa este primer piso del segundo. En el
superior podemos ver, nuevamente, a los Apóstoles y dos ángeles en
unos arcos de medio punto dispuestos en dos galerías. En la parte central de
la galería superior observamos un Pantocrátor rodeado por el Tetramorfos.
El templo tiene planta basilical con tres naves acabadas en tres ábsides
semicirculares.
La nave central es más ancha que las laterales y está dividida en tres
tramos, separados por arcos apuntados. Las naves están cubiertas con bóvedas
de crucería góticas. A lo largo de los siglos se añadieron capillas y otros
elementos en el lado del muro del Evangelio, así como un coro a los pies
de las naves.
El ábside principal queda oculto por un retablo de la primera mitad del siglo
XVI. Los laterales, en cambio, si que son visibles desde el interior. Están
divididos horizontalmente en tres tramos, gracias a dos molduras esculpidas
con motivos geométricos. El tramo inferior es totalmente liso. En el segundo
en cambio podemos encontrar un conjunto de arcos de medio punto sustentados
por columnas con capiteles esculpidos. En este tramo se abre una ventana
abocinada que
ilumina la absidiola. El tercer tramo corresponde a la bóveda. En el ábside
central se repite esta disposición, pero encontramos tres ventanas en el
tramo intermedio y el tramo superior es más alto y podemos encontrar tres ojos
de buey.
La cabecera es la parte más antigua del templo, del siglo XII. Esto queda
reflejado en la manera como están construidos los ábsides. Exteriormente están
reforzados con contrafuertes. También podemos encontrar unas molduras que
los dividen horizontalmente. Los tres ábsides tienen tres arcos de medio
punto, con una arquivolta sustentada en un par de columnas con capiteles
esculpidos. En el caso del ábside principal coinciden con las tres ventanas,
mientras que en las absidiolas, los laterales están cegados. Bajo la cornisa
podemos apreciar canecillos decorados.
El transepto contiene interesantes capiteles esculpidos. También merece
especial atención la cúpula que se levanta en la intersección de la nave
principal con el transepto. Está apoyada sobre arcos apuntados y trompas.
Sobre ella se levanta el campanario gótico del siglo XIII. Está formado por
tres cuerpos octogonales que se levantan sobre uno de cuadrado. En el cuerpo
inferior se abren dos ojos de buey, mientras que en el segundo podemos
encontrar unos grandes ventanales apuntados con arquivoltas y columnas. En el
tercer piso también encontramos grandes ventanas apuntadas, alternándose
muros con una única ventana, con lados dónde hay dos. La torre está rematada con un tejado piramidal.
En el interior del templo podemos encontrar otros elementos decorativos muy
interesantes como la imagen del siglo XIII de la Virgen de la Nora, la de
Nuestra Señora de Rocamador o bien la custodia procesional de plata,
parcialmente dorada del siglo XV, una de las más antiguas de la península.
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