Castilla la Mancha - Provincia de Guadalajara
Monasterio de Santa María de Bonaval
(Retiendas, Guadalajara)
40º 58,027'N ; 3º 17,714'O
La fundación de este cenobio se remonta al año 1174, cuando el rey Alfonso VIII
impulsó su construcción bajo el orden del Cister, cediendo el valle a los
monjes provenientes del monasterio de Valbuena de Palencia. El monarca puso
como condición que el monasterio desarrollara una doble tarea: por un lado debía contribuir a la repoblación de la zona
y también
debía servir como barrera defensiva ante posibles invasiones.
A pesar de no tratarse de un gran monasterio, desde siempre disfrutó de los beneficios de
los nobles de la zona y también de la casa real. En el siglo XVII se
produjeron algunas reformas y se inició su declive. Fue convertido en priorato,
que dependía del monasterio del Monte Sión, de Toledo. Se convirtió en
residencia de los monjes ancianos, que se retiraban a este lugar para disfrutar
de su clima y de la tranquilidad que se respiraba.
En 1821 los monjes fueron expulsos y se refugiaron en Toledo. El cenobio fue
vendido a manos privadas, que con el paso de los años lo dejaron en un estado
de total abandono y ruina. Del recinto monacal sólo se conserva una parte de la
iglesia, la sacristía y algunos muros de las otras dependencias monacales.
El templo que podemos ver se edificó en el siglo XIII. Estaba formado por tres
cortas naves, formadas por dos tramos. Tenía crucero destacado en planta y
cabecera con tres ábsides. Los dos laterales son cuadrados, mientras que el
central tiene planta hexagonal.
El tramo más occidental del templo se modificó para adaptarlo como estancias
conventuales. Así pues, las naves quedaron reducidas a un solo
tramo.
Las naves se cubrían con bóvedas de crucería, con los nervios muy marcados.
Estos se apoyaban en columnas adosadas a los pilares.
Los capiteles que todavía se conservan, son de tipo vegetal y de bella factura.
El lado meridional del crucero se cubrió con una bóveda apuntada.
En este sector se levantaba una torre, de la que todavía se conserva su
escalera de caracol.
A su lado encontramos un viejo ventanal gótico. Su interior está dividido en
dos pequeños arcos apuntado. Rodea el conjunto un guardapolvo decorado con
arcos ciegos.
Debajo suyo encontramos la puerta de acceso al templo. Está formada por cuatro
arquivoltas, rodeadas por un guardapolvo decorado con puntas de diamante.
Estos arcos se apoyaban en cuatro pares de columnas, los fustes de las cuales
han
desaparecido. Si que se conservan sus capiteles vegetales.
Las ventanas del ábside son también apuntadas y están decoradas externamente
con dos finas columnas, que sustentan una moldura, rodeada por un guardapolvo
decorado con puntas de diamante.
En el templo se conservan otras ventanas de bella factura, si bien de
menores dimensiones.
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