El templo dedicado a San Salvador es una de las muestras de la transición entre el prerománico y el románico en el principado.

Los estudiosos no se ponen de acuerdo sobre la fundación del templo. Algunos afirman que fue consagrada en el año 1023, por que en el interior del templo se conserva una inscripción donde se indica que el obispo Adenagao la consagró en esa fecha. Esta lápida se encuentra en el arco de una puerta que hay en el muro norte. Si fuera así seria el primer templo románico de Asturias.

Otras fuentes consideran que esta inscripción fue reaprovechada de un edificio anterior y que el actual templo se construyó bien entrado el siglo XII.

Tiene una planta rectangular con una sola nave, acabada en un ábside cuadrado, de tradición prerrománica.

Está decorado con unos arcos ciegos de medio punto, que se apoyan en columnas con los capiteles esculpidos con motivos vegetales muy esquemáticos.

La capilla del ábside está cubierta con una bóveda de cañón, que arranca de unas impostas esculpidas. La nave, en cambio, tiene una cubierta de madera. Los dos espacios se comunican a través de un arco de medio punto, un poco irregular, que se apoya en dos columnas con los capiteles esculpidos.

El capitel de la izquierda tiene representada la escena de Daniel con los leones, mientras que en el capitel derecho encontramos a dos animales enfrentados. Representan un cordero, que sostiene una cruz y un felino. Son los símbolos del bien y del mal y la eterna lucha entre los dos.

Se completa la decoración escultórica con los canecillos que podemos ver en la parte exterior del ábside. Representan motivos vegetales, animales y figuras humanas.

Se accede al templo por dos puertas, formadas por un sencillo arco de medio punto. Están situadas en el muro sur y oeste. Antiguamente había otra puerta, donde se encuentra la lápida fundacional, pero al construirse nuevas dependencias, ésta quedó integrada dentro del edificio.

En el Metropolitan Museum de Nueva York se conserva la cruz procesional de San Salvador de Fuentes. Se trata de una pieza de orfebrería románica de excelente calidad y de las más importantes de toda la península.  Fue trasladada a Nueva York en el año 1901. Casi un siglo más tarde, en 1993, volvió temporalmente a Asturias para formar parte de la exposición "Orígenes", momento que se aprovechó para hacer una reproducción fiel. 

Se trata de una cruz de madera recubierta con plata y decorada con fragmentos de oro y piedras preciosas. La figura de Cristo Crucificado está acompañada de las de María y San Juan en los brazos de la cruz y de un ángel en la parte superior. En la parte posterior se esculpió un Agnus Dei rodeado por los símbolos de los cuatro Evangelistas, si bien el ángel, que representa a San Mateo, no se ha conservado.

Conocemos, gracias a una inscripción, que fue donada a la iglesia de San Salvador por Sancha González.