Se inició su construcción a finales del siglo XII para cubrir las necesidades religiosas del barrio de Sabugo, situado fuera de la muralla, que rodeaba la villa de Avilés. 

Está formada por una sola nave acabada en un ábside semicircular, precedido de un amplio tramo presbiterial. El ábside está dividido exteriormente en tres espacios mediante dos columnas adosadas, acabadas en sencillos capiteles. En el espacio central se abre una ventana de medio punto y de doble derrame.

El interior del templo está totalmente reformado. A pesar de todo se conserva el arco triunfal románico. Está formato por dos arcos ligeramente apuntados, protegidos por un guardapolvo decorado con botones florales. El arco exterior está esculpido con un motivo de zig-zag.  Los dos arcos están apoyados en dos parejas de columnas que tienen los capiteles esculpidos con motivos vegetales y animales.

Se accede al interior a través de dos puertas: una situada en la fachada oeste y una en el muro sur. Esta última fue la primera en construirse.

Está formada por tres arquivoltas de medio punto en gradación, protegidas por un guardapolvo ajedrezado. Las dos más exteriores están decoradas con dientes de sierra y botones.

Las arquivoltas se apoyan en dos pares de columnas con los capiteles ricamente esculpidos. En el lado izquierdo encontramos motivos vegetales, entre los que podemos ver una cabeza humana. El capitel más exterior del lado derecho tiene esculpidos dos cuadrúpedos unidos por la cabeza, mientras que en el interior volvemos a encontrar motivos vegetales y una cabeza humana.

La portalada estaba coronada por un tejaroz con canecillos y metopas esculpidas.

La construcción del templo se prolongó durante el siglo XIII, hecho que provocó que la portalada del muro oeste se construyera ya con un estilo que anuncia la aparición del gótico. Fue construida en un cuerpo que sobresale de la fachada. Está formada por cuatro arquivoltas apuntadas, que nos recuerdan a las de la vecina iglesia de San Nicolás de Bari, si bien son de factura más sencilla. Protege el conjunto un guardapolvo decorado con botones florales.

Las arquivoltas se apoyan en tres pares de columnas con los capiteles esculpidos. Estos se prolongan por los montantes de la primera arquivolta. Entre los motivos que podemos ver esculpidos encontramos aves y cuadrúpedos enfrentados, motivos vegetales y cabezas humanas.

En la primera dovela de cada uno de los montantes de la primera arquivolta hay esculpida una cruz griega circunscrita.

La línea de imposta dónde descansan las arquivoltas está decorada con dientes de sierra. Se prolonga por todo el cuerpo de la portalada. En los dos extremos se esculpieron unas cabezas humanas.

Como en el caso de la puerta sur, está protegida por un tejaroz. Este se apoya en una cornisa esculpida con botones, motivos vegetales y cruces circunscritas. Unos canecillos decorados sirven de apoyo a la cornisa. Completan los elementos escultóricos las metopas decoradas con motivos vegetales.

El templo estaba dedicado a Santo Tomás de Canterbury, pero al construirse un nuevo templo en 1903, debido al aumento de población en la zona, se abandonó el culto. Actualmente se utiliza como equipamiento cultural en el que se realizan exposiciones, conciertos y otros actos de tipo social.