A pesar que es conocido con el nombre de Puente Romano, se construyó en el siglo XIII. En sus cimientos podemos encontrar los restos de un antiguo puente, este si probablemente romano. Por este lugar pasaba la vía romana que comunicaba Lucus Asturum (cerca de Oviedo) y Portus Victoriae (Santander). Es precisamente la existencia de esta calzada romana y el puente, que permitía cruzar el río Sella, que propiciaron el nacimiento de Cangas de Onís.

Originariamente fue construido con siete arcos, ligeramente apuntados. A lo largo de los siglos ha sufrido numerosas modificaciones, las más importantes fueron efectuadas en 1876 y tras la Guerra Civil, momento en que sufrió graves desperfectos. Entre 1940 y 1943 se restauró, dotándolo del aspecto actual.

En el arco central hay colgada una réplica, de grandes dimensiones, de la Cruz de la Victoria. Ésta se construyó en 1939, cuando la imagen de la Virgen de Covadonga fue nuevamente entronizada en el santuario, tras haber sufrido un exilio temporal en París, para evitar que fuera destruida durante la Guerra Civil. Durante el camino de regreso de La Santina, ésta cruzó el puente, donde se había instalado un arco de triunfo coronado por la cruz.