En la intersección de la calle Mayor y la plaza de Santa Ana, encontramos esta casa noble, que tiene sus orígenes en el siglo XIV, en el momento de esplendor de la actividad comercial y pesquera de la villa. Tras los incendios que sufrió la población en 1480 y 1509 y que convirtieron en cenizas la mayoría de los edificios de Llanes, Juan de Ribero y Puesta, reconstruyó el palacio, que posteriormente fue modificado en los siglos XVIII y XIX.

Es un edificio muy austero, que nos recuerda a una torre fortaleza. De la época medieval se conservan numerosas aperturas en la fachada principal, entre ellas dos ventanas geminadas, que flanquean el escudo familiar.

En la planta baja se abría una gran puerta de arco de medio punto, que fue transformada en el siglo XVII. A su lado todavía se puede ver el arco de una puerta más pequeña.

Comunicado por dos pasadizos elevados encontramos otro edificio, de factura muy moderna, donde se encuentran la cocina, la bodega y la capilla del palacio.