Gracias al fuero que Alfonso IX concedió a la población, en que le otorgaba la condición de Villa, Llanes empezó una etapa muy próspera que propició la construcción, en el siglo XIII, de unas nuevas murallas, que permitieron el crecimiento urbano de la villa. Estas tenían un perímetro de unos 840 metros, con planta rectangular, de los que a duras penas se mantienen en pie una tercera parte.

Se conserva un fragmento relativamente importante en la zona norte, junto a la playa, además de otros paños de muro reaprovechados para construir edificios más modernos. Sus muros tenían una anchura de metro y medio y en ellos se abrían cuatro puertas principales. También había varios portones, de los que todavía se conserva alguno.  En 1870 se demolió gran parte de la muralla para permitir la ampliación de la villa.

Destaca la gran torre de defensa del siglo XIII. Tiene planta circular y se accedía a ella por una puerta que había en el primer piso. El acceso que hay en la planta baja fue realizado a mediados del siglo XX. Fue utilizada como prisión y actualmente es la sede de la oficina de turismo.