Del antiguo monasterio hoy en día sólo queda en pie la iglesia edificada a finales del siglo XII. Sus orígenes se remontan al año 937, momento en que fue fundada la comunidad  por los condes Fruela Vela y Totilde.

La iglesia tiene una única nave acabada en un ábside semicircular. Sobre el ábside se puede ver una ventana geminada correspondiente al templo del siglo X. Junto a la puerta lateral del templo se encuentra, adosada en el muro,  una lápida funeraria del mismo siglo. Está rodeada de cenefas con motivos geométricos y vegetales.

La nave es mucho más alta que el ábside y tiene cubierta de madera. El ábside, en cambio, está cubierto con bóveda de cuarto de esfera. Se abre a la nave a través de un arco triunfal sostenido por dos parejas de columnas con los capiteles esculpidos.

A ambos lados del ábside se pueden encontrar dos pequeñas absidiolas. Estas, así como la bóveda del ábside, están decoradas con interesantes pinturas, que fueron descubiertas recientemente al retirar unos retablos. En el ábside se reconocen dos figuras humanas, un buey y un águila.

El templo tiene dos puertas. La más importante se encuentra a los pies de la nave. Edificaciones posteriores la han dejado prácticamente oculta. No se puede observar completamente, ya que el suelo de madera del piso superior la oculta parcialmente. Está formada por tres arquivoltas de medio punto que descansan en columnas con capiteles decorados con motivos vegetales. El lugar  es muy oscuro y las escaleras que llevan al piso superior están en muy mal estado. Estos dos motivos hacen que las fotografías sean difíciles de realizar y por lo tanto sólo pueda colgar una general. La otra puerta es muy sencilla. Está en el muro derecho de la nave. Formada por una única arquivolta decorada con bolas. Los capiteles de las columnas que sostiene la arquivolta están muy deteriorados.

El claustro actual es de finales del siglo XVIII. Se han perdido gran parte de las dependencias conventuales. Recientemente ha sido restaurado.