Aragón - Huesca
Catedral de la Transfiguración del Señor
(Huesca)
42º 8,432'N ; 0º 24,477'O
Los orígenes de la actual catedral de Huesca los tenemos en el siglo XIII,
cuando Jaume I, después de asistir a la consagración como obispo de su
sobrino, Jaume Sarroca, consideró que no era correcto realizar el culto
cristiano en un recinto que había estado previamente una mezquita. En el
momento de la conquista de la ciudad por parte de las tropas cristianas, en
1096, se consagró la Mezquita Mayor como catedral. De esta mezquita sólo nos
ha llegado un arco de herradura, próximo al claustro, y que podría formar
parte de la torre alminar. Previamente se cree que había existido una acrópolis
ibera, un templo romano y una iglesia visigoda en este lugar.
Durante el siglo XII se empiezan a construir algunas edificaciones alrededor
de la mezquita como son el claustro, la sala capitular y el Palacio Episcopal.
También en este siglo se construye un templo románico dedicado en Santa
Maria junto a la mezquita. De él sólo nos ha llegado la portalada de acceso,
formada por tres arquivoltas de medio punto. La más interior está decorada
con rollos, siguiendo el estilo de la puerta del Obispo de la catedral de
Zamora. La arquivolta intermedia está decorada con una moldura tórica,
mientras que la más exterior tiene esculpidas puntas de diamante
Junto a la portalada encontramos dos lápidas funerarias del siglo XIII.
Estaban en diferentes lugares del claustro románico de la catedral.
En 1294 se empieza a construir el actual templo, ya en estilo gótico. Entre
1294 y 1309 se construye la cabecera, formada por cinco ábsides
poligonales y el crucero. Las naves laterales y las capillas también se
empiezan a construir, pero gracias a las donaciones de las familias nobles de
la ciudad a cambio de poder ser enterrados en la sede.
Enel ábside central podemos encontrar un magnífico retablo hecho en alabastro
por Damià Forment en 1520. En él se representa la Pasión de Cristo.
El templo tiene planta de cruz latina, con tres naves y capillas laterales. En
1310 se habían construido todas las naves y el transepto hasta la altura de
las naves laterales. Las obras se pararon y no fue hasta 1337 que no se cubre
el templo con una cubierta de madera provisional. En 1493 se decide acabar la
construcción del templo, elevando los muros de la nave central, el crucero y
el ábside principal. A continuación se cubre la nave central y el transepto
con bóveda de crucería estrellada, mientras que las naves laterales se
cubrieron con bóveda de crucería sencilla.
En los dos extremos del crucero se abren dos portaladas. La del lado norte
comunica con el claustro gótico. Está formada por tres arquivoltas de medio
punto apoyadas en capiteles esculpidos con motivos vegetales. Las columnas en
que se apoyaban los capiteles han desaparecido. La arquivolta más exterior y
su guardapolvo están decorados con motivos geométricos y vegetales. En el tímpano
encontramos tres imágenes del siglo XIII, que representan a la Virgen Maria
con el Niño en el regazo y dos ángeles. La puerta del lado sur, en cambio,
ya es gótica y está protegida por un atrio cubierto con bóveda de
crucería.
Rodea la nave principal un friso ricamente decorado, dónde podemos ver ángeles,
soldados, animales, bestias fantásticas y motivos vegetales.
Adosada a los ábsides del lado sur está la sacristía vieja. Es un sencillo
espacio rectangular cubierto con bóvedas de crucería. En el siglo XVI se
construyó una nueva sacristía, situada detrás el ábside principal. Es una
gran obra del renacimiento español cubierta con una bóveda estrellada que se
apoya en columnas con capiteles esculpidos.
La puerta principal se encuentra a los pies de la nave. La portalada la forman
siete arquivoltas apuntadas decoradas con imágenes de dieciséis mártires,
catorce vírgenes, diez ángeles y ocho profetas. El conjunto está
flanqueado por catorce esculturas, que representan a los apóstoles (excepto
Judas), San Juan Bautista, San Vicente y San Llorenzo.
En el centro encontramos un tímpano esculpido dónde se representa a la
Virgen con el Niño a los brazos y rodeada por dos ángeles. Completan el
conjunto tres figuras que parecen representar a los Tres Reyes. En el
dintel están esculpidos los escudos de la ciudad, de Aragón y del obispo López
de Alzor, impulsor de la construcción de la fachada. Corona la portalada un
rosetón.
A finales del siglo XV, coincidiendo con la finalización de la nave principal
y del transepto, se construye el cuerpo superior de la fachada. Alrededor de
un óculo central se disponen unas ventanas geminadas ciegas y unos pilares
rematados con pináculos. A finales del siglo XVI todavía se hace más
evidente la separación entre las dos partes de la fachada añadiendo un
tejado de madera y ventanas de ladrillo típicos de las casas señoriales
aragonesas.
En el lado izquierdo de la fachada se levanta la torre campanario. Tiene
planta cuadrada en la base, pero en los pisos superiores presenta planta
octogonal. Estaba coronada por un cuerpo superior añadido en el siglo XVIII y
que se quemó durante la Guerra Civil.
Del original claustro románico quedan muy pocos restos. Recientemente se ha
restaurado una parte que quedaba oculta. Corresponde a un fragmento del ala
norte, dónde las arcadas habían sido cegadas y los capiteles y columnas habían
quedado empotrados en el interior del muro. Durante las tareas de restauración se detectó
que el estado de conservación de los capiteles era muy deficiente y era
necesario sustituirlos por réplicas para garantizar la estabilidad del
conjunto. Conviene destacar las dimensiones de los arcos, más grandes de lo
que es habitual en el románico y que las columnas se apoyaban directamente en
el suelo. Los capiteles están decorados con motivos geométricos y vegetales.
También se conserva una parte del ala este correspondiente a la época románica.
El resto del claustro corresponde a varias etapas constructivas. La más
interesante es la parte correspondiente al ala oeste, la que está adosada al
templo. La hizo edificar el Papa Luna en estilo gótico, demoliendo previamente
las galerías románicas. En una de las claves de las bóvedas de crucería
podemos ver esculpido su escudo.
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