Situada en la actualidad en una finca privada, encontramos la pequeña capilla de San Martín. Por sus características constructivas hay que situar la edificación de este templo a finales del siglo XII o principios del XIII.

Está formado por una sola nave, cubierta con una bóveda de cañón ligeramente apuntada y reforzada por un arco fajón. Al este se abre un ábside semicircular, decorado externamente con ménsulas lisas, donde se apoya la cornisa. En su parte central se abre una ventana de medio punto y doble derrame.

La puerta de acceso se encuentra en el muro sur, formada por un sencillo arco de medio punto. Corona el muro oeste una espadaña de dos ojos.

El elemento más interesante del templo, se encuentra en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, donde por suerte se puede contemplar por todo aquel que lo desee, lo que no ocurriría si hubiera terminado en manos privadas, como muchas otras obras de arte del Pirineo aragonés. Se trata del frontal de altar, que presenta un estado de conservación bastante bueno, aunque ha perdido buena parte de la policromía.

Sus rastros nos hablan de la inminente llegada del gótico, lo que nos hace datarlo a finales del siglo XIII. El espacio está dividido en cinco partes, donde se narra la vida de San Martín de Tours, titular del templo. En la imagen central lo vemos vestido de obispo con el báculo y la mitra, en actitud de bendecir.

Los dos espacios laterales están divididos en dos registros. En el superior izquierdo vemos la escena más conocida del santo, cuando comparte su capa con un indigente, que resulta ser Cristo. En el registro inferior, vemos a dos doncellas a punto de morir, que son curadas por San Martín, con la intercesión de la Virgen.

En el lado derecho vemos al Santo celebrando misa con dos acólitos. El último espacio está decorado con la muerte de San Martín, momento en que el demonio intenta tentarle una vez más.

El maestro que lo pintó dejó constancia de su autoría en la parte inferior del frontal, donde vemos "JOHS PINTOR ME FECIT".