Situado por encima de los 1000 metros de altura, el castillo de Troncedo controlaba el paso hacia el valle de La Fueva. El lugar ya aparece documentado en el año 1035. Un siglo más tarde, en 1135, el rey Ramiro II el Monje donó la villa de Troncedo, con su castillo y su iglesia, al obispo de Roda.

Del castillo se conserva la torre principal, de planta pentagonal por la parte exterior, pero cuadrada por el interior. También se conserva la base de una torre cuadrada.

La parte inferior de la gran torre está construida con grandes bloques de piedra, que parecen formar parte de una construcción anterior. La parte superior, realizada con sillares muy pequeños y sin pulir, presentaba grandes ventanas de medio punto en su último piso. El muro más occidental está prácticamente derruido en su totalidad.

Durante nuestra visita en el verano del 2009, el castillo presentaba un aspecto lamentable y acercarse era peligroso, pues existía un peligro real de desprendimientos. Por suerte, la restauración ha llegado a tiempo y durante el año 2010 se realizaron trabajos de limpieza y consolidación del monumento. Sin duda una muy buena noticia.